sábado, 25 de mayo de 2019

Paren el mundo que me quiero bajar

 


PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR

Genaro Mosquera C.

Paren el mundo, me quiero bajar. ¿Quien no desea salir de la pesadilla venezolana deteniendo el mundo, bajarse y marcharse a otro lado?, pero no seamos inocentes, es simplemente una aspiración producto de nuestra desesperanza por la acometida del régimen contra los seres humanos que vivimos en este país.

Ya que no nos quieren en otros países, la xenofobia existe y en las aduanas nos maltratan, nos ven mal y ponen obstáculos para ingresar. El que logra formar parte de la diáspora pierde su acervo cultural, no solo la familia, sino la formación que recibió puesto que no va a poder ejercer su oficio o profesión. Si logra trabajar, será en oficios marginales, jamás en lo que sabe a menos que tenga una suerte increíble o competencia laboral excepcional. Trabajará  muchas horas al día y cuidado si solo puede percibir cinco dólares la hora que no alcanzara para pagar renta, traslados, comida y nada más. Vivirá arrimado con muchas dificultades y será muy difícil enviar  dinero a su familia.

Cuando un venezolano común permanece en el país, está sometido a un cambio social nunca visto, por ejemplo podemos inferir la respuesta a la gran pregunta ¿Por qué? y elaborar una serie de interrogantes, preciso; ¿por qué tengo que tolerar que si estoy empleado me paguen entre cinco y con mucha suerte veinte dólares mes? Podemos seguir la reflexión a variadas interrogantes, por ejemplo; comer una o dos veces al día, frecuentemente solo arroz, pasta, verduras y ninguna proteína ya que no  alcanza el ingreso; vender el carro porque no puede pagar los repuestos, vender artefactos y bienes, incluyendo la ropa usada para completar; vender si se tiene, la vivienda e ir a otra más barata e  improvisada para que con el remanente poder vivir e incluso simular que mi vida no ha cambiado. Ir a un cine, o a un bar es imposible, ir a reuniones solo a contribución, no se puede ir a ningún entretenimiento y vivir preso en casa después de las cinco de la tarde  por miedo al hampa; no ver más a la familia por lo costoso e imposibilidad de viajar. No escuchar radio porque está llena de propaganda oficial, y las pocos programas de opinión que quedan los locutores se ven obligados a entrevistar a activistas oficiales porque si no, los cierran. Tampoco ver  TV por cable la cual está llena de programas repetidos por falta de pago de los derechos a las operadoras,  las plantas  locales de TV llenas de programas  insoportables, y odiosa propaganda socialista-  

Podemos seguir con las vivencias de cada ser humano promedio en el país. Una de ellas es quedarnos en Venezuela porque estamos arraigados, no queremos tomar riesgos, o simplemente no podemos irnos. Vemos con reserva a un dos por ciento de la población que llena restaurantes, fuentes de soda, bares, y locales con espectáculos cuyas entradas exceden a los cincuenta dólares hasta niveles increíbles, claro, son enchufados que tienen altos ingresos, dueños de empresas, bodegones, locales y complementos obtenidos probablemente como resultado de sus negocios e incluso fechorías. También vemos a viajeros opulentos, comerciantes o emprendedores que dicen en descargo, que tienen que vivir  y  sin rubor admiten que son colaboradores, contratistas o usuarios del régimen.

Funcionarios de instituciones públicas obtienen beneficios indirectos a los cargos que detentan y ni de casualidad quieren dejarlo  aun cuando sean de oposición. Un profesor amigo me dijo; “mire maestro, yo tengo más de 15 años en mi cargo universitario, tengo algunos privilegios, voy regularmente a las sesiones y me reúno con funcionarios del régimen lo que  me permite convivir relativamente bien, pero ni de casualidad voy a renunciar o estimular elecciones, jubilarme para estar en la calle dando lastima”.

Todo esta referencia es para decir que, no podemos parar al mundo, sino a los que han provocado la lamentable situación en la que nos ha colocado el régimen producto de su acción bien conocida de someter a los pueblos mediante el hambre y la represión, por cierto, similar a  la deplorable calidad de vida en Cuba, Sus fuerzas de ocupación  nos miran admirados de que por fin los imitamos en su miseria. Invasores de otras nacionalidades explotan los recursos del país sin escrúpulo  burlándose de los temas ambientales. Esta situación les importa un comino a los directores del régimen y mucho menos a los acomodados opositores oficialistas. Hay una metáfora conocida “vender el sofá y mirar a otro lado.” No, la alternativa es desplazar a los responsables  de tan perversa humillación.

Nuevamente dirigentes lanzan sus consignas de dialogo y paz, nos motivan con el señuelo electoral, aspiración nacional e internacional adecuada, pero condicionada  para resolver la crisis, es decir la gran restricción de terminar con la usurpación del poder. Resolver no sólo el nombramiento de los rectores electorales, sino a toda una estructura regional cuyos funcionarios deben ser sometidos a juicio penal porque igualmente son cómplices del fraude electoral.

Se debe también resolver el asunto del Registro Electoral que deja afuera la bicoca de cuatro millones de electores que han emigrado o viven en el exterior a quienes se les pondrá difícil actualizar el registro y el régimen pondrá todos los obstáculos espaciales y estratégicos para no dejarlos votar en una eventual elección, Así mismo, se debe resolver el tema relativo a dos millones de jóvenes sin inscripción, dos millones y medio de cédulas falsas y el imprescindible ajuste de los circuitos electorales que han sido manipulados igual que el sistema informático que obliga a elecciones manuales.

En resumen, tarea difícil para hacer elecciones transparentes a corto plazo sin contar que se aplicarán según las negociaciones solo elecciones parlamentarias y no las presidenciales, Como se ve, obstáculos casi imposibles de resolver para lograr desplazar a un régimen que se mantiene en el poder por la fuerza obediente a directrices extranjeras y antidemocráticas

Por todo eso, llegó la  hora de no morir en el intento o de convertirnos en zombis por inanición y pobreza, el consecuente deterioro de la salud física y mental. Pues no, la reacción está en nuestras manos y parar al poder usurpador de una vez por todas.

Loa países amigos nos ven con angustia porque no reaccionamos, no hay contraparte efectiva, por lo tanto, habrá que construir un movimiento cívico con las más relevantes personalidades, honorables y claros, líderes verdaderos de la sociedad civil para que sirvan de contraparte política. Ese movimiento cívico debe ser representativo y trasmisor de nuestras carencias, desvelos y aspiraciones democráticas. Dispuestos a organizar la lucha de verdad en la calle y a parar al país totalmente,

Se acabó, paremos al país indefinidamente, un movimiento duro y sostenido, que se detengan de una vez los servicios, que por cierto no sirven, que todo se paralice, y nosotros con nuestras carencias tenemos que hacer lo necesario en busca de un futuro decente.

La presión popular da resultados y provocará las debidas reacciones para desplazar al régimen el cual no tiene nacionalidad, que se entregó a países antidemocráticos y ha montado la maquinaria criminal más perversa de la historia, el crimen organizado internacional, que no tiene escrúpulos, son compradores de conciencias y todo lo que pueda para manejar la actividad económica particular que induce a la maquila y la marginalidad. La calle es nuestra conseja, ir a un proceso donde el mundo siga girando, pero que la fuerza centrifuga expulse a los responsables de tanta angustia y miseria que acaba sistemáticamente con un ex país llamado Venezuela.

 

sábado, 18 de mayo de 2019

LA GRAN MENTIRA DEL SOCIALISMO

 


LA GRAN MENTIRA DEL SOCIALISMO

La ausencia  de  la Democracia en Venezuela es notable. Entre muchas cosas que la caracterizan el régimen la hace propia de manera mentirosa  y finge mediante declaratorias  publicas que somos un país democrático, que mantiene la libertad de expresión y difunde tener el mejor sistema de gobierno usando esa gran mentira como arete formidable para la dominación total y ejercicio del poder en función de sus intereses particulares y regionales.

Gran mentira,  construida con las mejores técnicas cognitivas. Someten a los medios y los canalizan hacia sus objetivos apoyados en ficciones legales logrando levantar un muro de contención hacia las expresiones de la verdad y de la real política neutralizando  el razonamiento. El régimen despliega todas sus artimañas  mediante la propaganda engañosa y ejerce el control intoxicando a la comunidad con cadenas y  mensajes repetidos hasta el cansancio para intentar transformar la  realidad dentro del marco de su propia fantasía  ideológica y pretende ocultar una gobernanza incompetente,  pero todos saben que tienen otros intereses  tales como:  la exportación de la revolución comunista en nombre del amor, la paz y del progreso, el ocultamiento de la corrupción, complicidad con el  trafico de drogas, mantener su  privilegiada  clase  oligarca soportada por el poder militar, directrices  y la complicidad  de países antidemocráticos que desean controlar al globo.

El régimen es una dictadura con todos sus efectos destructivos en la sociedad. Sus actuaciones deliberadamente provocan el éxodo masivo de la población, inimaginable en este continente para desembarazarse de una juventud mayoritariamente  profesional  y contestataria que dejó los espacios políticos libres  de la natural resistencia interna  a una dictadura que ejerce el control social sobre la propiedad provocando desempleo  y pobreza a niveles insoportables a través de la aplicación de un modelo ya conocido y  experimentado por los países comunistas que inducen el sometimiento de los pueblos y los convierte en personas muy cercanas a la ruina, abúlicas; sometidas a la desatención en la salud,  generando muertes innecesarias, persecución y cárcel a los disidentes o rebeldes. Estimulan la ignorancia con pésima educación y ofertas profesionales engañosas. Como si fuera poco, convierten a la gente en empleados públicos obligados, sometidos al carnet de partido llamado eufemísticamente “carnet de la patria”, o en milicianos tarifados dejando a las fuerzas emprendedoras abandonadas a su suerte, alimentando  de recursos infinitos a sus dirigentes,  ahora oligarcas que sin esfuerzo alguno son ahora potentados y seguidores fieles.

La construcción de sus lineamientos y consecuente  ejercicio del poder los proyecta hacia la opinión pública con la ayuda de estrategias geopolíticas del Foro de Sao Paulo  y de la mentira intelectual de dirigentes internacionales conocidos por su extremismo, reunidos en el Grupo de Puebla, asociación de oligarcas socialistas privilegiados que sin escrúpulos han asumido la propaganda  de ser un movimiento “progresista”, cuando en realidad son activistas que suministran las directivas adecuadas con alcance continental cuyos efectos se sienten en varios países latinoamericanos con la consabida destrucción de bienes organizadas por banda mercenarias confundidas en la protesta pública, que por cierto pueden tener fundamento, pero que fue penetrada y desvirtuada con propósitos perversos del terrorismo y la desestabilización de la democracia.

Esta estrategia es la de provocar el desprestigio de los modelos democráticos, la búsqueda del poder regional, legitimación aparente  por la vía fraudulenta electoral con la ayuda del dinero, fuente  inagotable producto de las menguadas reservas venezolanas, y las muy abundantes de la comercialización de los recursos naturales y de la droga,  protegida como en los mejores tiempos  por equipos itinerantes de mercenarios apertrechados,  militarmente  equipados por rusos, cubanos, chinos y del islán que actúan  bajo el  juramento comunistas de “patria o muerte” o de “ala es grande”.

Toda esa forma de actuar ha penetrado los estamentos partidistas, algunos actúan últimamente como una reedición de agrupaciones en decadencia que surgen con la fuerza del oportunismo  haciéndose cómplice de una supuesta negociación de paz y de sugerir cuestionados  diálogos para resolver la crisis venezolana mediante  elecciones parlamentarias sin cambiar significativamente el sistema.

Otros partidos tradicionales  han perdido de manera importante  la militancia; siguen activos en la Asamblea Nacional, muchos de sus militantes ascendieron a cargos diplomáticos interinos como consecuencia de los acuerdos internos con el régimen dentro de la gran mentira de un gobierno de transición el cual perdió lamentablemente el piso y se mantiene con un discurso sin credibilidad popular, con sentido pragmático y de apariencias. Sobreviven con el régimen y logran algunas concesiones para continuar en el sistema bajo cualquier circunstancia.

La dirigencia de tales partidos se desconectó hace tiempo de su militancia y en general  de la población como se puede verificar fácilmente con el resultado de varias encuestas que retratan claramente la perdida de ascendencia popular, que  desconfían de ellos,  que los ignora en sus gestiones de mentira y la de intentar potenciar la cuestionable salida mediante una elección violando sus propio preceptos del condicionamiento de la salida del usurpador, de un gobierno de transición y elecciones libres. Si el acuerdo se impone habrá  una formidable abstención si no hay un cambio en el proceso electoral donde no esté claro el papel de nuevos rectores independientes, un registro electoral completamente revisado y un sistema de procesamiento manual claro y trasparente.

Los partidos políticos que han acordado esa odiosa complicidad  dicen representar a un sistema verdaderamente democrático, pero  lo que no dicen es que se sustentan en un poder ilegitimo ya que sus dirigentes tienen el mismo tiempo como directivos que el régimen chavista en el poder, que no convocan elecciones internas y se erigen como jefes de sus partidos cuya militancia también migró para engrosar la fila de los que dicen que no se meten ya en política, decepcionados de tanto engaño. Esos dirigentes ignoran la gran presión de los  nuevos líderes y rápidamente los hunden en el tremedal de los intereses particulares. La apariencia  de defensa del sistema democrático  los ve  luchando peleas perdidas con los veteranos de siempre que incluso irradian su influencia hacia instituciones, gremios y sindicatos cuyos dirigentes tiene docenas de años en los mismos cargos negando el derecho de sustitución cual dictadores de segmentos sociales. Con ese entorno ¿cómo se puede esperar el cambio del  modelo político?

No estamos rendidos ante el avance de los intereses perversos del régimen y de los países antidemocráticos que lo apoyan cuyo objetivo es el apoderamiento regional con el uso del terrorismo internacional y el estimulo a las protestas planeadas para desestabilizar a los gobiernos democráticos y expandir su influencia perversa cediendo al Crimen Internacional Organizado los mecanismos ilícitos para coadyuvar al apoderamiento  de gobiernos, instituciones, empresas  y grupos usando sin discriminación nuevos métodos usadas por  las dictaduras postmodernas  tales como: la mentira,  la propaganda de una falsa visión progresista, justa, democrática y cultura de paz. Falsamente han creído que las potencias del Este apoyándose en la cabecera de playa  lograda en Venezuela pueden extenderla al resto del continente americano para  concretar sus utópicos sueños de dominación.

La resistencia popular  y la demostración de la verdad van a llegar muy lejos en el rescate de la libertad.  América no será socialista, adversada  por una sociedad de honestos que hasta ahora luchan  en sus propias burbujas, escribiendo, denunciando y diciendo la verdad demostrada.

Llego la hora que diversas agrupaciones en Venezuela  que han hecho todas los diagnósticos del caso, comunicados, denuncias  aportado pruebas  contra los engaños  y la corrupción generalizada  han  desarrollado multitud de iniciativas sociales que necesariamente requiere que se agrupen en un moviente ciudadano que rescate  a los partidos, que sea referencia válida y multitudinaria, que sus miembros más prominentes éticos y capaces converjan hacia  factores comunes y logren desarrollar una referencia de política avanzada que haga contrapeso a los directrices socialistas en  este desastre de país, que contribuyan a frenar la expansión bolchevique en América y que sea referencia válida para un gobierno de transición que necesariamente nos debe sacar del caos y rescatará la dignidad de las personas.  

Frente a una gran mentira cuyo manto esconde ideas de dominación deben ser enfrentadas sin rubor, con la verdad y con soluciones pragmáticas que pongan fin al desastre humanitario.  Como la resistencia al cambio por parte del régimen  es muy poderosa entre otras cosas por el riesgo de ser juzgados y sentenciados por los crímenes cometidos  la intervención multinacional adquiere gran relevancia en nombre de la democracia y de sus preceptos fundamentales, no debe entonces haber miedo en su aplicación para desalojar la usurpación.

Existen formas de impedir las limitaciones a la libertad política; no existen técnicas para implantar la democracia a menos que se defienda,  cerrando el paso a los ardides del chavismo, de los llamados “progresistas” y de las murallas de contención de los partidos comprometidos. La crisis de este país amerita una intervención humanitaria de los países democráticos ante la gravedad de las penurias de la gente y la destrucción de la democracia sino también del peligro de un continente que es invadido silenciosamente.

La libertad se logra con el fruto de la rebelión civil y la ayuda de países democráticos.  Hay otra alternativa que ante la amenaza real que el bochinche generalizado y la destrucción se complete sea neutralizado por una solución militar reeditando viejos tiempos bien conocidos en América Latina. Los líderes de la democracia no pueden permanecer indiferentes y usar solo la retorica y observar con mirada indiferente como lo hace el denominado imperio  quien no puede seguir  viendo su patio trasero arder en los fuegos provocados por los intereses socialistas en nuestro país y en la región.

Como decía Garcia-Trevijano, “La libertad es ilusoria si los hechos no son verídicos, el engaño es más difícil de abatir que la dictadura”