sábado, 21 de diciembre de 2019

MOVIMIENTO CIVICO Y TRANSICION

 


Hace unos días en una reflexión sobre el tema de las elecciones, destacábamos que el régimen estimula la celebración de elecciones parlamentarias ignorando la exigencia de cesar en su decadente gobernanza y negar ir a una elección presidencial. Despliega una masiva maniobra comunicacional y afirma descaradamente que ganarán las elecciones parlamentarias sin dificultad.

Se desarrolla a propósito de ese  falso argumento un camino táctico de elegir solo a los miembros del la Asamblea Nacional con la intención oculta de legitimarse bajo la máxima dirección y batuta equivocada de quienes han sido descalificados internacional y nacionalmente y que han sido supuestamente electos por elecciones fraudulentas que han conducido a un gobierno fallido y usurpador.

Ese tema, de la usurpación es neurálgico bajo la premisa reiterada que el proceso político venezolano funciona de manera absolutamente irregular, donde la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia ha determinado  la falta absoluta del cargo de presidente de la república por fenecimiento posterior del período constitucional y la inexistencia de un acto de elección popular legítima, y decisión que los responsables de los  fraudes electorales fuesen sometidos a juicio penal, de tal manera que declaró la inconsistencia del Registro Electoral, el uso del sistema automatizado de votación y de escrutinio para la elección de cargos de representación de los poderes públicos y ordenó que con la participación reglamentaria de las universidades, partidos políticos, grupos de electores y la academia de Ciencias Políticas se iniciase  el proceso de depuración del Registro Electoral

Este conjunto de decisiones dentro del marco constitucional  ha sido ignorado no solo por el régimen, sino por sectores de ciertos partidos políticos, y se acuerda detrás de bambalinas, ir a un proceso electoral pura y simplemente de conveniencia política de los partidos políticos  Avanza la tesis sustentada por la negociación de ir a un proceso eleccionario, sin cambiar el sistema electoral, pasando a segunda prioridad la crisis  humanitaria y se ignora la propuesta de intervención militar de paz, se preserva y mantiene la invasión la  fuerza militar cubana, guerrillera, narco traficante; se acoge la presencia del ejecito ruso, chino y del islán donde todos ellos se apropian de recursos y control institucional nacional.

 

Es un disparate ir a elecciones no creíbles si no cesa la usurpación, se nombra un Consejo para la Transición y se diseñe un nuevo sistema  electoral, Esta reflexión ha tenido respuesta de nuestros lectores y los han acogido en sus comentarios, muy especialmente, la sugerencia de construir en esa direccion un movimiento cívico con las más relevantes personalidades de la sociedad civil para que sirvan de contraparte política, de nuestras aspiraciones democráticas frente a un régimen que destruye sistemáticamente la nacionalidad y contamina con directrices antidemocráticas al resto de los países democráticos de América Latina.

Se ha sugerido correctamente, que en lo conceptual los planteamientos anteriores marchan en correlación directa con las aspiraciones de una Venezuela sedienta de libertad y opuesta a la forma como el socialismo se apoderó por tanto tiempo del país. Se ha reiterado oportunamente que ya esta bueno de generalidades conceptuales y se aspira designar un movimiento cívico que debe adquirir identidad y concreción para no caer en un mensaje que se evapore con la lectura.

Efectivamente, se está de acuerdo con esas observaciones bajo la premisa que mencionar nombres concretos pudiese generan reacciones de variada naturaleza, incluso de retaliación, pero hay que tomar en cuenta para cumplir dichas exigencias que esas personas, líderes naturales, por su formación, experiencia profesional y académica, en la administración púbica y empresarial, en la política nacional e internacional y, en su vida de ciudadanos despliegan a lo interno y a lo externo valiosas orientaciones documentadas, destinadas a facilitar a los dirigentes sus decisiones políticas, las cuales por cierto han ignorado, en consecuencia, es necesario asumir la responsabilidad ciudadana ante la circunstancias oportunistas de quienes no han podido re direccionar al país, probablemente debido a los compromisos de cohabitación e intereses con el régimen.

Esas personalidades cuya trayectoria ha sido destacada, la mayor parte permanecen en el país. Unido al esfuerzo interno y externo de orientación dirigen organizaciones ciudadanas que emiten opinión regularmente, se reúnen permanentemente, elaboran comunicados. Hacen vida de contrapeso al régimen por su cuenta y riesgo. Se trata de organizaciones informales o formales entre las cuales debemos citar a muchas de ellas sin ser exhaustivo, por ejemplo el Frente Institucional Militar, Frente Patriótico, Instituto de Políticas Públicas, La Iglesia de variadas orientaciones religiosas, Academias Nacionales, Alianza Popular, Frente de Entendimiento, Venezuela Constituyente, Testigos, La Tertulia, Colegios Profesionales y sus Capítulos Profesionales, Grupo Orinoco, Foro Penal Venezolano, etc., etc. La lista no tiene fin, sus directivos o coordinadores son personalidades conocidas que han sido apartadas por la oposición oficial, pero tienen nombres y apellidos, lugar de residencia y obra conocida. Su responsabilidad para con el país les hará tomar la iniciativa de unir esfuerzos y coincidencias, superar sus conflictos, escollos naturales y constituir un  Movimiento Cívico como movimiento de movimientos cuyo objetivo fundamental es organizar lo conducente para el cese de la usurpación.

En el año que se inicia 2020, los principales indicadores señalan una crisis terminal, esos dirigentes cívicos representan el valor moral, ético y las fuerzas vivas necesarias para enfrentar la crisis, enlazar, estimular un cambio y la creación del deseado gobierno transitorio con un Consejo de Gobierno que inevitablemente desplazará al mal que ha enfermado al país y contamina al continente americano.