NEGOCIACIONES
Y EFECTOS POLITICOS
Genaro
Mosquera C.
La situación
política de Venezuela se torna polarizada, se observan dos tendencias, la
primera, integrada por los que deseamos el cambio de régimen de manera
inmediata considerando entre muchas cosas, el efecto político y el impacto
social de las acciones del régimen las cuales han afectado a la población y
arruinado al país. La segunda tendencia, integrada por los que forjan una
negociación y contribuyen a dejar vivo al sistema socialista fortaleciendo la
estrategia de ir a una sociedad comunal. Se hacen cómplices de convertirnos en
un país comunista. Impulsan directamente ir a elecciones fraudulentas cuya
consecuencia son las de preservar las políticas del régimen, legitimarlo y claro,
justifican sus acciones y aspiraciones con la tesis de levantamiento de
sanciones internacionales, inmunidad, elecciones, conciliación y convivencia.
Nuevamente,
dirigentes de la oposición oficial lanzan sus consignas de negociación contribuyendo
a la supervivencia de los comprometidos y responsables del desastre nacional.
Es casi insólito como personas de cierto nivel intelectual caen en la celada de
defender públicamente unas elecciones amañadas y justifican el acercamiento a
los secuestradores con argumentos no solo inconsistentes sino ilegales. Apoyan
los planteamientos del régimen cuya función está cuestionada, no solo políticamente
sino, incluso legal donde sus funcionarios principales son acusados de
violación de los derechos humanos. Son, requeridos por la justicia
internacional por sus desmanes, crímenes de lesa humanidad y asociación con el
crimen organizado.
No hay
contraparte política efectiva o creíble ante el pueblo y los organismos
internacionales, por lo tanto, hay que desarrollar con mucha claridad los
objetivos operacionales de un movimiento cívico
integrado por líderes verdaderos
de la sociedad civil, para que sirvan de contraparte política, representativa,
que sean un eficaz trasmisor de nuestras
carencias, y aspiraciones democráticas y vengan acompañadas de una acción
contundente y sostenida que estimule la presión popular para desplazar al
régimen.
Se debe
enfrentar la crisis actual con soluciones emergentes y recomponer al país con
las mejores capacidades profesionales. No podemos alimentar la esperanza de
gobernar sin un sistema electoral sin su previa revisión y ajustes necesarios,
ni con los partidos políticos, pero que su subsistencia democrática deberá
pasar por un enorme reacomodo para solventar el tema de su desconexión con la
militancia y con el pueblo en general, de su complicidad con intereses particulares
y la potencial recuperación del respaldo de la sociedad. Ello solo se resolverá
cuando después de una revisión crítica para que sus seguidores vayan a
elecciones verdaderamente democráticas y puedan elegir a los mejores de su
propia visión y pensamiento ideológico,
Los
planteamientos anteriores marchan en correlación directa con las aspiraciones
de una Venezuela sedienta de libertad y opuesta a la forma como el socialismo
se apoderó por tanto tiempo del país el cual se ha convertido en un
protectorado de fuerzas extrañas a nuestra nacionalidad que va en búsqueda de
la quimera de una patria grande pretendiendo imponer el comunismo a escala
continental. Todo ello no altera el hecho de que los funcionarios burócratas
de la llamada oposición oficial tiendan a arrodillarse hacia la izquierda y
esto, tiene importantes implicaciones para la política, incluyendo a los que
actúan al margen de la sociedad, que no rinden cuentas de sus actuaciones y
mucho menos de los recursos financieros entregados por varios países y se hacen
cómplices del sistema usando un díscolo lenguaje de oposición que no responde a
la voluntad de la mayoría.
Esos dirigentes se hacen ostensiblemente ineficaces y poco confiables, se alejan cada vez mas de
los objetivos del pueblo y solo desean permanecer dentro de la esfera y
burocracia oficial, son incapaces del emprendimiento saludable y se conforman
con algún cargo público -sin mando de ningún tipo-, pero estimulados por el
aprovechamiento de su supuesta influencia en beneficio propio tal y como lo conceptualizan
W. Niskanen y G. Tullock, cuando demuestran que ese tipo de funcionario no le interesan los deseos del
pueblo sino los de sus grupetes particulares y, dan la espalda a las mayorías que apoyan al
sistema democrático.
El régimen busca afanosa y complaciente su articulación con intereses internacionales vinculados al estado profundo o al denominado
globalismo, con la doble intensión de no solo de acompañar el apoderamiento de países
democráticos sino de preservar sus propios intereses, de tal manera, que
preservados estos, inducen a su bizarra militancia a potenciar desórdenes
públicos para desestabilizar a las democracias vecinas la cual va entrenada y
financiada para sembrar la semilla socialista,
usando las muletillas de “la mala situación acompañados de una supuesta
indignación, insatisfacción o incomodidad” apoyada en métodos violentos y la
falsa argumentación de la falta de
oportunidades, defensa del feminismo, la
raza segregada, promiscuidad, derecho al aborto, defensa de los llamados
derechos de las relaciones de personas del mismo sexo y la denuncia de la
brutalidad policial. Tofo eso con el objetivo principal es derrocar los
gobiernos democráticamente electos para convertirlos en esclavos de los
protectorados de países ávidos de poner los pies en América y entregarlos en manos
del crimen organizado.
Hay una positiva esperanza, organicémonos para
retomar la conducción democrática de un pueblo sufrido y expoliado cuya
contribución será necesaria para reconstruirlo. Tenemos la responsabilidad
ciudadana de potenciar la experiencia de nuestros dirigentes verdaderos para que
nos conduzcan por el camino correcto. El país nacional clama por un gobierno
de transición que la dirigencia tradicional no lo propicia despreciando las
aspiraciones populares, centrando su discurso en el falso diálogo y en
elecciones de dudosa instrumentación y trasparencia sin haberse resuelto las
deficiencias profusamente puestas de manifiesto. ¿Habrá personas con poder de
mando que intenten abrirse paso en el tremedal venezolano y que tengan los
riñones de enfrentar por la fuerza a los secuestradores de falsa nacionalidad
venezolana?