sábado, 20 de agosto de 2022

UNION Y FUERZA SOCIAL

 


La movilización popular basada en la justicia y la razón mueve los cimientos sociales, es una verdad comprobada a nivel generalizado. El mejor ejemplo es haber vencido parcialmente la presión humillante salarial a la cual ha sometido el régimen a la sociedad educativa venezolana; se ha mostrado que el control centralizado, la imposición por la fuerza de un modelo educativo antidemocrático, al férreo control sindical, al sometimiento oficial a las condiciones de trabajo y a las restricciones impuestas a la autonomía administrativa a las organizaciones educativas.

Las políticas impuestas han sido parcialmente afectadas por la unión espontánea y  fuerza de los educadores poniendo freno al intento del régimen de toda acción controladora y  centralizadora al servicio de una ideología  de hambre y humillación la cual en buena parte es seguida con el argumento de someter a control tan importante sector, de limitar el supuesto gasto para el control de la  inflación y del tipo de cambio, por cierto, receta administrada por consultores extranjeros que influyen en decisiones soberanas..

Las pretensiones oficiales sensibilizan a educadores y, en general a la población quienes reaccionan, primero tímidamente a la imposición sistemática de medidas odiosas que carcomen la economía familiar y, finalmente comprenden que una oposición férrea a esas medidas son instrumentos de lucha  las que de alguna manera se pueda vencer a la fuerza bruta y autoritaria del régimen.

Se ha demostrado que la composición y unión de fuerzas con intereses comunes pueden vencer las acciones atentatorias a la libertad y la dependencia mediante la cual el régimen desea someter a la población usando contratos colectivos amañados e   impuestos por sindicatos artificiales montados sobre una la política de remuneración humillante, despreciativa, y a normas que intentan someter a los educadores a controles centralizados de vieja data que afectan a la clase educadora.

Los factores motivadores de las centenares de movilizaciones fueron el justo reclamo de un  bono vacacional ignorado, el pago desfasado de sueldos y salarios, pero sobre todo  el misero monto de la remuneración que obliga a una condición de efectos desbastadores en la calidad de vida, y muy especialmente  de la seguridad social de los educadores que han visto evaporar sus beneficios sociales, el robo de sus fondos, la  ausencia de aportes formales de sus instituciones sociales a los cuales se continúa aportando, pero que a todas luces son insignificantes y que como consecuencia de todo  eso no pueden pagar los gastos crecientes del mantenimiento de  la salud.

Los efectos inmediatos de la ausencia de financiamiento a los entes de la seguridad social ha sido fundamentalmente el miedo de enfermarse y, peor aún ser sujeto de complicaciones o de intervenciones comprometidas. Ante la imposibilidad de ser atendidos en centros de salud se tiene el riesgo de no solo poner en peligro la misma sino la vida lo cual ocurre en frecuentes casos, Hemos comprobado que clínicas rechazan a pacientes, aun en condiciones de gravedad los cuales no atiende sin miramientos a quienes buscan auxilio médico usando el argumento anti humanitario de no tener cobertura o recursos a los niveles  exigidos lo cual los obliga a tratamientos domésticos búsqueda de ayudas o de la caridad, pero que seguramente conducirán al  agravamiento de sus dolencias tal y  como es el caso de cientos de ejemplos que han cobrado vidas en un hecho lamentablemente homicida..

Es cierto entonces que más allá de haber logrado con la fuerza de las movilizaciones un reconocimiento a un particular derecho laboral, quedan cientos de ellos que condicionan la vida del educador: sueldos justos, infraestructura adecuada, transporte, conocimientos actualizados, decoro en su modo de vida sin dejar de lado la libertad de catedra y libertad personal. Son cuestiones trascendentes que deben fortalecer la protesta la cual no puede ni debe bajar de tono sino todo lo contrario, subirlo, hacer la energía adecuada para lograr las reivindicaciones laborales, las condiciones y calidad de vida, libertad de enseñanza, lucha por la libertad, de elegir a sus gobernantes, y muy importante elegir a sus propias autoridades y, por supuesto potenciar el rechazo a un modelo ideológicamente comprometido con políticas extrañas a nuestra idiosincrasia.

Se ha producido un punto de inflexión, un pequeño logro llamado reconocimiento de un ínfimo derecho, pero la lista es larga que exige continuar con el reclamo justo, la defensa de la justicia, y reventar el continuismo de aquellos que por años gobiernan incluyendo a los dirigentes del movimiento sindical y de las propias instituciones educativas. Pero más allá de su entorno, la lucha es de cambiar el modelo político. Ello implica la construcción de un movimiento social importante orientado al desplazamiento de un sector político de liderees de papel que solo han comprometido al país con sus propios intereses en evidente cohabitación con el régimen quien ha cambiado a la sociedad venezolana para mal.

Es entonces necesario mantener  la Unión de la Fuerza, la presión hacia la conquista libertaria, reventar las aspiraciones continuista de dirigentes interesados, lograr una nueva dirigencia comprometida con el país, y como si fuera poco,  tener claro que nuestra patria  ha sido invadida por fuerzas anti occidentales por una horda de países islámicos  y expansionistas que no solo se han apoderado de los  recursos del país sino que pretenden incluso el apoderamiento  y uso de sus fuerzas para favorecer su presencia en el continente y desarrollar  esquemas de dominación global apoyadas en la corrupción y el  narcotráfico con una masa financiera que compra y arrasa con los intereses locales, soberanos y patrióticos.

La lucha debe profundizarse, no es posible que se caiga en la trampa de mantener la apariencia democrática con elecciones amañadas interesadas, y una tal oposición que requiere su continuidad. Hasta cuando  el reclamo del derecho que más de tres millones de potenciales votantes en la diáspora los cuales tienen el derecho a elegir sus gobernantes, liberar un lastre de dos millones de electores virtuales, que se expulsen a pretendidos ciudadanos  que no son tales sino invasores que tienen documentos para elegir como si fueran venezolanos, que se limpie el registro, los sistemas electorales y de dirigentes electorales, que se haga una selección adecuada e independiente de sus dirigentes, por tanto, esa fuerza de calle debe continuar y hacer de esta tarea un  baluarte con movilización permanente hasta lograr objetivos mayores.

En la fuerza de la unión recae la responsabilidad del cambio de lograr las aspiraciones ciudadanas, reconstruir un país y a sus instituciones. No se puede dejar que se nos continúen imponiendo condiciones humillantes, es un magnífico ejemplo haber arrinconado tímidamente a la fuerza del régimen que ha pretendió imponer medidas que afectan a millones de personas, Que así sea.

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sábado, 13 de agosto de 2022

IRA PROFUNDA

 


Cuando se vincula la situación venezolana de la política autoritaria y depredadora del régimen a las vivencias particulares se desarrolla una profunda insatisfacción que agota, surge la impotencia e inevitablemente se produce una profunda ira y nivel de angustia transformada en desesperanza inducida. Se tiene la percepción personal de no poder cambiar nada la cual se potencia con la humillación que se siente al percibir salarios ínfimos provocados deliberadamente para destruir todo vestigio de dignidad y oposición a su modelo político.

El efecto se siente en carne propia y generaliza soliviantando los ánimos e induce a centenares y lógicas protestas públicas, ellas se focalizan en lo mediato, el salario y los beneficios sociales acompañados con un grito desesperado, que se paguen a tiempo, que se deroguen normas laborales sistemáticamente violadas. Esa realidad vivida tiene trascendencia que ha conducido a la precariedad y deterioro de vida producto de decisiones conscientes desarrolladas a través de un modelo ideológico que ha  impuesto la eliminación de la clase media, que profundiza el desprecio por la clase popular y da protección e inmunidad  a un pequeñísimo grupo de personas afectas y cómplices que han logrado capitalizar en beneficio propio grandes recursos, que ejercen el poder y contratos colectivos lo defienden a como dar lugar con un discurso y acciones mentirosas, no tanto por el poder mismo, sino conociendo  que sus acciones son desvergonzadamente conocidas y saben que si pierden el poder igualmente perderán todos sus privilegios acumulados incluyendo su libertad,

Frente a todas estas circunstancias el tema permea y se ha extendiendo a otras esferas añadiendo factores complementarios con mayor o menor gravedad para la condición de vida y de supervivencia, incluso la de mantener decorosamente la ciudadanía. Se denuncia el mal trato, el desprecio, y los métodos de gobierno incluyendo la acción colaboracionista y aprovechadora a una oposición oportunista que cohabita en una gran simulación democrática

La insatisfacción generalizada e incertidumbre se hace significativa cuando se percibe que el poder usurpado hace alianzas con otros poderes globales para desarrollar un modelo anti occidental  en antipatriótica relación cuyas directrices están inscritas dentro de esquemas anticonstitucionales o foros que violan los principios fundamentales de la democracia y se sustentan en la violación de los derechos humanos basadas en  políticas financieras corruptas, de protección al narcotráfico, lavado de dinero, creación de empresas ilegales y depravación. Estas acciones ilegales le permiten a países dictatoriales o autoritarios usar a Venezuela y a otros de la región como cabecera de playa con fines militares, protección al terrorismo, favorecimiento de intereses para la explotación de los recursos naturales e incluso inmiscuirse en la gobernanza interna y dominación en todos los estratos de la vida nacional y pretensión internacional.

Da ira ver como esa combinación oportunista permite que se invada al país ya no solo con presencia militar sino imponiendo los antinaturales esquemas de dirección y conducción de políticas antihumanitarias. Da rabia ver como se le regala el territorio en acuerdos inconstitucionales y violación de la soberanía al ceder a Irán el equivalente a la superficie de un país centroamericano o del Caribe cuyo fin último es sembrar un estado dentro de otro para favorecer el fundamentalismo como bandera, la apropiación de empresas petroleras, explotación de minas, bosques y redes comerciales, incluso de provincias enteras en una penetración sin precedentes.

Da mayor desasosiego observar como el país no reacciona masivamente ante tales violaciones que ignoran la Constitución, y de núcleos organizados que se dicen de oposición pero que no reaccionan ante tamaño disparate. De como el sector militar permite frente a su normativa soberana la apropiación de los territorios olvidando estamentos, propósitos y hasta el patriotismo que los obliga. Las instituciones en general incluyendo las universitarias no reaccionan y alguna que otra se limita a emitir un comunicado que nadie lee y sus autoridades voltean la cara vergonzosamente, todo da una gran frustración ciudadana.

Mientras tanto, por años, empresas públicas pasan a manos de gobiernos extranjeros. Es el caso cubano donde las grandes empresas nacionales han cambiado de mano; en efecto, empresas de transporte petrolero se convirtieron en empresas mixtas, igual pasó con diques y astilleros, redes hoteleras, líneas aéreas, empresas agrícolas y ganaderas; minas y explotaciones de recursos naturales, incluso, refinerías y empresas petroquímicas. Con el tiempo, la representación accionaria venezolana se revirtió a favor de los cubanos cobrando supuestas deudas donde el caso más patético fue la refinería de Cienfuegos. Nadie reaccionó, la denuncia fue coartada y los documentos probatorios de negligencia y traición fueron negados, ocultados y reprimidos sus actores.

La frustración es inmensa cuando miramos como la red del narcotráfico y sus ejércitos privados se apoderan de enormes extensiones en los estados fronterizos sobre los cuales gobiernan y que finalmente se posesionan de las autoridad civil y militar. Vemos que el soporte de este desaguisado se monta con mecanismos declarativos, inescrupulosos y entreguista de la soberanía.

Sin rubor se monta el teatro discursivo basado en la mentira y defensa de la democracia, excusas para el manejo de la opinión, el esquince y disimulo para continuar en el poder con unas supuestas e inútiles elecciones en una combinación interesada con los núcleos vario-pinta de agrupaciones partidistas cuyo papel es el de hacer el juego a la continuidad del régimen. Ellos igualmente se han aprovechado y son responsables de dar continuidad en el tiempo al poder actual y, que mediante formula negociada y convenida preservará su continuidad sin importar la ruina por mucho tiempo más del país.

Las contradicciones de la gobernanza aparecen con facilidad dentro del régimen, los títeres juegan cabriolas ante el peligro real que sus actos sean juzgados, execrados y encarcelados, por tanto hacen lo que tengan que hacer y dispuestos a pasar detrás de la cortina si el peligro les acecha, la fórmula de los nuevos y viejos actores están presentes en ambiciones y apetencias, incluso no es improbable que detentores del poder armado  crean que llego el momento de cambiar de posta, obviamente siguiendo con el modelo oprobioso y con la seguridad que nadie dirá nada por aquello de la desesperanza aprendida y la visión  corta o insensible que produce el hambre.

La situación venezolana ampliamente documentada, diseccionada, y revelada pone de manifiesto la ruina moral y económica, da fe de la entrega soberana a países que han logrado penetrar en América para fortalecer sus odiosos esquemas globales y de provocar la destrucción de las democracias occidentales, sin embargo, las fuerzas verdaderamente opositoras luchan por clarificar la visión distorsionada de la gente y de sus problemas focales; los esfuerzos de oponerse se pagan con la desgracia de ser sometidos a sentencias judiciales con  apariencia de justicia en la cuales son duchos sus manipuladores. Funcionamos como marionetas en un gran escenario con espectadores ruines, sin cultura y bajo la mirada vigilante de esbirros declarados. Entender el asunto produce gran frustración ante la incomprensión y la denuncia inútil dentro y fuera de las fronteras de un país portátil.

Debemos comprender que la única forma de romper la inercia, y el modelo actual no es precisamente por un voto condicionado en elecciones fraudulentas sustentadas en un sistema que nadie quiere revisar. Solo es a través de la movilización de las masas reclamando sus derechos que se puede ir avanzando. Se está marcando la pauta reclamando justicia, protección a los derechos laborales y la denuncia de falsos contratos colectivos, después vendrán otros factores que alimentarán la protesta hasta que se produzca la composición necesaria de fuerzas para el inevitable choque que reviente al sistema para que después de la gran tragedia surja una nueva vida en libertad.