Hace apenas unas horas se llevó a cabo un seminario
denominado: “Gobernanza Global y Crecimiento en Libertad” celebrado bajo los
auspicios de: Miami Dade College, Iniciativa Democrática de España y las
Américas (IDEA), del Instituto Atlántico de Gobierno de España y la Benjamin
Franklin School of Government en Estados Unidos. En este evento, ex presidentes
de países iberoamericanos, expertos consultores internacionales y profesores de
varias prestigiosas universidades debatieron el tema socio político global
dirigido a estructurar planteamientos conceptuales en defensa de la democracia.
Adicionalmente dar respuesta a los objetivos y planteamientos del movimiento
global denominado “progresista”, el cual está centrado en esquemas
antidemocráticos, expresión concreta de los lineamientos del Foro de Sao Pablo
y de Puebla los cuales se han desarrollado con los auspicios de conspicuos
intelectuales de extrema izquierda y de dirigentes de gobiernos
antidemocráticos y autoritarios.
Mediante un enfoque absolutamente académico,
político y profesional concluyeron en el citado seminario que es altamente
preocupante el desarrollo de dicho movimiento. Dentro de ese marco general, se
analizaron, ideas, conceptos y estratégicas orientadas a la preservación del
sistema democrático global de la gobernanza y la libertad como expresión
genuina del humanismo y de los derechos humanos.
Se destacó el desarrollo de una estrategia global
de nuevo cuño anti humanística, con visos y características dirigidas al
control mundial basado en la explotación económica financiera, desprecio hacia
la democracia, y especialmente, la separación de los poderes, usando de manera
maniquea el aprovechamiento de algunos movimientos sociales utilizado
argumentos clásicos y oportunistas contra la religión, el racismo y, feminismo,
favoreciendo la promiscuidad sexual, usando elementos propagandísticos basados
en la mentira difundida por las redes, apoyadas en los mecanismos de la
inteligencia artificial; toda una acción vinculada a la corrupción y al crimen organizado.
En dicho evento se definieron los elementos
fundamentales de las estrategias dirigidas a preservar la democracia,
incluso la ecología planetaria, enfrentar al movimiento que pretende adueñarse
del mundo, y desarrollar la política expansionista de algunos países
antidemocráticos cuyas acciones superaron largamente los esquemas de la
violencia y el belicismo guerrillero cambiándola por factores basados en el
desarrollo de doctrinas socialistas sustentadas en herramientas del sistema
democrático donde una de las fundamentales son las elecciones. Con mucha
habilidad y ausencia de ética y valores lograron introducir cambios y
manipulaciones en los sistemas electorales, los cuales usan sin límites en
eventos fraudulentos que les han permitido avanzar en el apoderamiento de
países, por no decir de sus fuerzas vivas por la vía de la corrupción, de la
introducción de políticas populistas y demagógicas dentro de los alcances de un
plan ideológico comunista en pleno desenvolvimiento centrado en un anti
humanismo exacerbado.
En lo doméstico, y tomando como referencia el
enlace entre los fundamentos citados anteriormente y la situación venezolana,
retomamos nuevamente el tema de las negociaciones y las elecciones regionales
sin caer en la retórica repetitiva de argumentos conocidos, pero que deben
actualizarse para intentar entender el alcance del caso.
Tomando como referencia la política de los
gobiernos y de sus organizaciones democráticas de enfrentar las crisis
provocadas por gobiernos autoritarios, se ha estimulado un movimiento basado en
la negociación para contribuir a una solución pacífica, exigiendo naturalmente
como respuesta, acuerdos para celebrar elecciones libres y trasparentes como
única vía democrática.
De tal manera, que la Unión Europea y el gobierno
norteamericano ante la crisis de nuestro país y de acciones enmarcadas en
factores de la corrupción y la explicita violación de los derechos humanos,
totalmente comprobable imponen esta vía como única fórmula democrática para
resolver los conflictos internos y desplazar a un gobierno dictatorial,
autoritario, militarista y usurpador por la vía del voto, por tanto, solo
proponen la fórmula de negociar, considerando entre ellos, elementos
complementarios tales como: la libertad de los presos políticos, la suspensión
de sanciones internacionales y la liberación de recursos represados por malas
prácticas. Todos ellos, señuelos y de campo fértil para que el régimen
despliegue demostraciones y declaraciones sin escrúpulo y engañosos para
continuar en el poder mediante maniobras electorales, simulando eventos
democráticos que lo legitimen y los reconozcan como gobierno.
Hace apenas dos años, el tema era el mismo. En un
artículo denominado “Negociaciones y Elecciones”, planteábamos que al estudiar
la geopolítica regional y enmarcar el caso venezolano se reveló la
inconsistencia del sistema democrático cuyo sustento inicialmente fue
desarrollado sobre la base de una democracia representativa apoyada en
elecciones libres y transparentes.
Las elecciones fueron usadas posteriormente por el
régimen chavista como una gran estrategia, fundamentada en el sistema
electoral, manipulado y controlado en benéfico propio para apoderarse
sistemáticamente de las organizaciones oficiales, judiciales, legislativas,
sociales, universitarias, empresariales, sindicales, estudiantiles y de todo
orden, acompañada de un modelo populista, obviamente antidemocrático, sin
consideración a la propia Constitución, leyes y reglamentos.
El soporte electoral justificó todo, incluyendo el
fraude continuado perfeccionado procedimentalmente hasta el momento que
se produjo la elección presidencial para mantener la primera magistratura por
segunda vez, la cual resultó fraudulentamente demostrada Pero todas
las propuestas, decisiones y sentencias han sido burladas, no ha habido
argumentos legales, y apoyos internacionales en contra del régimen, amenazas o
de apoyo coaligado militar que hayan logrado provocar la salida del régimen
usurpador, por el contrario, el régimen se comporta de manera retadora, viola
sistemáticamente los Derechos Humanos, persigue a líderes, diputados y a
individuos; ataca sin misericordia a la población, somete de hambre, escasez de
todo tipo y de recursos a la población, se jacta y burla de los países
democráticos, hace gala de su subordinación a las fuerzas invasoras,
cubanas, y rusas, se apoya en colectivos, milicias y guerrilleros del vecino
país, en la Guardia Nacional, la policía bolivariana y en los esbirros de
fuerzas especiales sembrando de muerte y dolor al pueblo venezolano ante la
mirada atónita de observadores y gobiernos de países amigos.
A esta altura, el país está en manos de
usurpadores, y colaboracionistas, algunos de ellos defienden posiciones contra
el régimen, pero lo que en realidad desarrollan es un ejercicio de cohabitación
y de complicidad estimulando la ilegalidad procesal amparado por la
funcionalidad en la aplicación de leyes y reglamentos
Venezuela requiere el rescate de su democracia
centrada fundamentalmente en la necesidad imperiosa de arrebatárselo a la mafia
global internacional, a la invasión cubana, a los intereses del narcotráfico y
lograr la desvinculación con los intereses geopolíticos de los países no
democráticos, sin embargo, las soluciones parecen utópicas dentro del marco del
manejo político de tal grado de complejidad. Se ha tendido la mano a las
propuestas europeas, anglosajonas y de algunos países latinoamericanos
conducidos nuevamente hacia la novena “negociación” tal y como se hizo hace dos
años, y de manera apresurada. En esa dirección pretenden nuevamente llegar a
acuerdos para validar a un régimen basadas en supuestas elecciones
transparentes donde parece que lo que importa es disponer de un gobierno
regional electo de cualquier manera previos acuerdos secretos de compartimiento
del poder y de la sobrevivencia.
Repetimos lo que se ha dicho varias veces, la
solución negociada no puede dejar de lado la impunidad y dejarla en manos de un
régimen legalmente execrado donde sus líderes tienen precios de captura, de un
sistema donde convivan los responsables del desastre venezolano, de aquellos
que han violado toda ley conocida, que han afectado la seguridad nacional de
países democráticos, de preservar los intereses mafiosos del narcotráfico y de
la guerrilla colombiana, de los intereses cubanos y de las deudas
internacionales lo cual conduciría a la continuidad de los negocios, la
protección de intereses, y preservar la invasión silenciosa de
actores extraños cuyos intereses no dejaran que se los arrebaten.
El panorama no luce fértil para del venezolano
común, nos arrastra cada vez más a la consolidación de la pobreza crítica, a la
continuación del éxodo, al desprecio partidista y la abstención, y como si
fuera poco, ha minado la confianza y credibilidad del liderazgo llamado de oposición.
Se ignoran factores claves para satisfacer las
peticiones externas de solución al conflicto mediante negociaciones cuyas bases
están sustentadas en celebrar elecciones, pero desechando las condiciones
electorales. No se trata de una elección presidencial anticipada, sino de
elegir autoridades regionales y pactar el diferimiento de la crisis
condicionándola a una fatal espera por otros dos años más bajo el control de
régimen para intentar otra escala, esta vez con la supuesta elección
presidencial.
Se desecha la razón que para llevar a cabo
elecciones claras se requiere de tener verdaderos representantes del poder
electoral y no tránsfugas de la política y colaboracionistas con la etiqueta de
representantes de la oposición; dar cumplimiento de las sentencias del TSJ de
enjuiciar a las autoridades electorales, responsables nacionales y regionales
del fraude electoral, sustituirlas por personas que reúnan los requisitos de
independencia y honestidad. Rehacer el registro electoral que está en manos de
cubanos, responsables de haber hipertrofiado interesadamente el registro de
votación y sus circuitos, en consecuencia, es necesario desarrollar un nuevo
sistema de identificación para determinar quiénes son venezolanos de verdad y
respetar su derecho al voto, recrear un sistema que permita el voto del éxodo
de más de seis millones de venezolanos donde un alto porcentaje tiene derecho a
votar lo cual requiere de una organización electoral diferente y eficiente para
que ejerzan en el exterior sus derechos.
El sistema electrónico está viciado, incluso
declarado por los propios cómplices informáticos del régimen que cuando sus
operadores huyeron informaron de la forma como birlaron el sistema en dos
millones de votos para favorecer al régimen. El venezolano común está sufriendo
y hasta qué punto puede continuar aguantando más tiempo esta desdicha y
miseria, así mismo espera el desarrollo de iniciativas para desmantelar un
dudoso sistema electoral embalsamado por el régimen de la catadura actual, pero
lo más grave es cuánto tiempo más tendrá que esperarse para la reconstrucción
del país y no perderlo definitivamente, rescatarlo de manos extrañas, y de
otros, que no son venezolanos sino traidores.