En Venezuela la dramática situación de crisis continúa profundizándose induciendo la consecuente inestabilidad política, económica, social y laboral, especialmente influida por el colapso de los servicios públicos. Ante tales factores, la mayor parte de la población ha continuado con las protestas de calle y expresiones de insatisfacción en las redes sociales manifestando su resistencia ante tal estado de cosas y esperanzados en un cambio de régimen que permita resolver la situación y el rescate de la democracia. El régimen sin inhibiciones apela a la fuerza pública, especialmente de paramilitares o colectivos para atacar a las manifestaciones sin miramientos con la fuerza de las armas.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
legitimo ha preparado los protocolos legales para lograr el apoyo internacional
a la salida de la crisis y muy especialmente su declaratoria de invalidez del
sistema electoral lo cual es el principal argumento usado para dicho apoyo. La
designación de un presidente interino fue la conclusión inmediata asociado a un
control de una Ley Estatuto de Transición maniatando de inmediato las gestiones
del presidente de la Asamblea que asumió la responsabilidad sujeta a una serie
de condiciones en línea con los intereses internos de los integrantes de la
Asamblea Nacional.
A pesar de estos condicionantes se han
logrado satisfacer las exigencias nacionales e internacionales validando institucionalmente
cada paso para provocar el cambio de régimen.
A los efectos del caso se ha llamado a la unidad fervientemente, incluso
haciendo concesiones políticas bien sean a políticos de vieja data, disidentes
o a partidos políticos; muchas de ellos cuestionados por la contaminación de
personas de antecedentes dudosos en la gestión que desarrollan y que continúan
operando como cooperadores del régimen. Sobre este particular se observan
varias tendencias, los que desean el cambio de régimen exigiendo a la Asamblea
Nacional que autorice una intervención militar extranjera en Venezuela ordenada
por el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio a quienes por cierto ignoran o
no toman en cuenta no ejecutando las acciones legales sugeridas. Lo que no se aclara en esta postura es que
ingreso de la Ayuda Humanitaria con la ayuda de una coalición de protección militar de paz sustentada en petición
administrativa a la AN, basada por lo demás en un artículo de la Constitución,
el 187 que sólo habla de “autorizar
Misiones Militares” que cooperen con las FANB de Venezuela a quien el TSJ
les induce a apoyar esta petición. Postura que no han cumplido, así como la petición
de nombrar autoridades electorales e incluso el Consejo de Gobierno. Así mismo han
interpretado los artículos 333 y 350 para restablecer el orden democrático y un
levantamiento militar seria cumplir un deber constitucional.
Por otro lado, hay quienes desean una
salida negociada muy interesada. Este grupo se ha desplegado en organismos internacionales
como, por ejemplo, el Grupo de Lima con la articulación de un representante del
país, del representante ante la OEA, y de dirigentes de algunos países, entre
ellos los que apoyan al régimen usando el concepto de soberanía interesadamente
de una “indeseable intervención militar extranjera”. Esta postura es una vulgar
manipulación que han ejercido importante influencia internacional expresándose de
manera ambigua, ignorando, y desinformando a los venezolanos cuya aspiración es
el deseo de un cambio rápido del régimen. Todos sabemos que la salida negociada sugerida
no tendrá resultado con de un régimen usurpador que ha secuestrado a un país,
que obedece a las instancias de países alineados con la tiranía, corrupción,
peculado, y tráfico de los recursos del país. Por ejemplo, la fórmula que intentó
desprenderse de Maduro la cual incluirá incorporar al gobierno de transición entre
otros a personajes siniestros de la dictadura como lo son al ministro de la
Defensa y el presidente del ilegal Tribunal Supremo de Justicia, ambos
usurpadores del cargo en cuestión, así mismo, incorporar a políticos de vieja
escuela afectando por carambola al presidente interino en complicidad con
algunos miembros de su propio partido.
Nuevamente en la sombra se ha
negociado con el Régimen con el apoyo de sectores que actúan detrás de la
cortina. La consecuencia la tal operación ha sido supuestamente defenestrar a
Maduro como usurpador comprometiendo a sectores militares en la acción. La acción
práctica fue abortar dicha negociación a pesar del memorándum firmado por el
ministro de la Defensa dando instrucciones de apoyar al gobierno de transición,
pero que con una decisión poco honorable se doblegó, cedió o era cómplice de la
presión cubana- rusa ordenando mantener al usurpador a como diese lugar en la
cabeza del régimen. Lo demás es historia y su efecto, la desesperanza, corriéndose
nuevamente la arruga del desenlace esperado de terminar con la dictadura.
El gobierno de Tremp ha sostenido que
“todas las opciones están sobre la mesa” cuya estrategia se centra en
propósitos disuasivos y el desarrollo de acciones estratégicas, de frenos
económicos y presión militar para contribuir con el cambio de régimen. Frente a
esa estrategia aparece otra sustentada por países que juegan a la negociación y
a supuestas elecciones democráticas sin cambiar el aparato electoral para
indirectamente proteger sus propios intereses volteando la cara para otro lado
frente a la masacre humanitaria que cobra cientos de vidas y que nos está
conduciendo al sistema comunista cubano con gran velocidad y por supuesto
profundizar la dependencia de Cuba en evidente operación que nos convierte en
una provincia de ese país.
Nuevamente se ha desestimulado la acción
humanitaria y la intervención militar de paz, como consecuencia, el compromiso internacional
con el país se diluye y se eleva de nivel a acuerdos y decisiones negociados entre
Rusia y los Estados Unido dejando de
lado un grave problema que representa una invasión tangible de la fuerza militar cubana y la presencia del
ejecito ruso, chino, incluso iraní, quienes llegaron con la excusa de alistar
la estructura misilistica y el apoyo a condiciones operacionales bélicas
acompañadas con veladas amenazas subjetivas o directas a los Estados Unidos y a
Colombia interpretadas como un reto que conduciría a una escala bélica
altamente peligrosa donde la irresponsabilidad de un usurpador nos ha
convertido en un objetivo militar y dudamos mucho que se entienda objetivamente
la gravedad de esta circunstancia.
El rescate de la Democracia, el cese
de la usurpación, el logro de la libertad y el ejercicio democrático del poder
es el norte para reconstruir a Venezuela a través de una acción planeada basada
en la exigencia popular, la acción inteligente de la disidencia, el rescate de
la institucionalidad, y el apoyo de la intervención extranjera e imposibilidad
de desarticular completamente la fuerza armada nacional quien hace fila protegiendo
sus intereses corruptos. Como no se han logrado estos objetivos, habrá otros escenarios
para echar al régimen con toda la fuerza necesaria y ciertamente con todas las
opciones posibles ya que no hay fuerza diplomática, restricciones económicas y
cerco internacional que pueda reducir a corto plazo a un régimen basado en la
fuerza bruta integrada por un ejército de composición multipropósito, como son
los treinta mil cubanos, la guerrilla colombiana asentada en el país, los
milicianos, los policías metropolitanos, colectivos y mercenarios cuya base de
sustentación es dependiente de un colonizador extranjero, de los intereses de
países no democráticos y del narco terrorismo internacional. Esto requiere una
estrategia militar diferente y es lo que está en juego en los escenarios de los
países democráticos y serán decididos en gabinetes de gobiernos internacionales
Los compromisos de sumisión ante Cuba
como colonizador cuyo objetivo ha sido convertir a Venezuela en provincia de
ella; con el narco tráfico, la
dependencia de potencias extranjeras como Rusia, China y otros países
extremistas o enemigos de la Democracia han determinado de hecho una ocupación
militar aunque eufemísticamente, digan que se trata de ayuda técnica o económica,
cuando en realidad han ocupado el territorio con fines de la explotación de los
recursos naturales sin medida ni control y han establecido bases militares con
armas estratégicas, Este supuesto apoyo fortalecido con un ejército de
milicianos, paramilitares, guerrilleros y mercenarios el régimen se considera inderogable
y en consecuencia hacen gala de poder represivo, reduccionismo, propaganda,
sometimiento popular, e
institucionalmente pretenden acabar con la Asamblea Nacional con actuaciones
parciales eliminando cada diputado que pueden hasta arrebatarle el control, y
finalmente desaparecerla, con la Fiscalía, con el Tribunal Supremos de
Justicia, con las instituciones de la democracia representativa, y con la
oposición organizada exterminando el experimento de un gobierno de transición.
Estos factores podrían provocar una
brecha que reduzca al régimen y contribuya a su desplazamiento apoyada en una
coalición internacional y a las fuerzas internas Ello podría tener
consecuencias terribles, primero diplomática y luego, de advertencia final que
pudiese terminar en acción militar para terminar con las bases militares
cubanas y rusas en territorio venezolano lo cual induciría una situación de
alta peligrosidad global. Frente a todo ello, se extrema el desenlace, o el
régimen cae como consecuencia de una gran presión popular, de una huelga
general acompañada de una reacción de un sector militar que no esté dispuesta a
ser sacrificada para defender a un gobierno ilegitimo o simplemente nos
someteremos a una conflagración como consecuencia de la reacción internacional
cuyas probabilidades crecen exponencialmente.
Todo indica dos extremos del
desenlace, o se van del poder los usurpadores, o se mantendrá el terror y la
dependencia. Creemos en la primera opción, de ser así, la construcción del
Gobierno de Transición no puede detenerse ni quebrar la moral, se debe continuar con decisión y sin miedo,
denunciar a los manipuladores de la política de última generación e instrumentar
la formulación del plan de reconstrucción y en materia de elecciones
transparentes y necesaria a mediano plazo preparar cuidadosamente a través de
personas independientes de alta calificación y conocimiento especializado un
trabajo previo conducido por rectores electorales de probada capacidad e
independencia, de un registro electoral nuevo que refleje la real estructura
demográfica y veracidad de los votantes, de un sistema de control, auditoria y
de acompañamiento aséptico internacional preparado en el menor tiempo posible
con un basamento institucional plural, libre de prejuicios y de intereses
particulares.
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