sábado, 26 de septiembre de 2020

 


Y NADIE HACE NADA

Por Genaro Mosquera -September 26, 2020

Es casi increíble, continuas denuncias de todo orden contra el régimen, sobre las elecciones parlamentarias, la inacción del gobierno interino, la ausencia de respuestas de la Asamblea Nacional, las sentencias inaplicadas del TSJL y, lo menos comprensible, la gente no reacciona sino ante la coyuntura muy puntual por las fallas constantes de los servicios públicos… Nadie hace nada. Todo el mundo como que espera que alguien venga y les resuelva sus problemas sin involucrarse masivamente ante tanto atropello.

Acciones de la sociedad civil se articulan con un pacto político de la oposición alojada en la Asamblea Nacional, pero el tiempo pasa, y no se concretan las coincidencias como son la consulta plebiscitaria, la integración dirigencial del liderazgo, y la iniciativa de movilizaciones populares. Parece que todo está claro en el papel y el discurso inútil, pero cuando se trata de ponerlas en práctica, nada pasa y nadie hace nada.

Un tema en particular que merece repetirlo aunque parezca redundante es el relativo  a las elecciones parlamentarias por la trascendencia que tiene para el país, en efecto, sin importar las denuncias contra las mismas, el régimen ha diseñado su propia estrategia de llevarlas a cabo para mantenerse en poder, con el uso y abuso de la fuerza militar, cuya disposición ha sido manifestada por boca de su máximo dirigente, “no se dará oportunidad alguna a la oposición de ser poder político en la vida, y que ninguna organización, institución o sociedad los podrá reemplazar” y, como parte de esa actitud, planifica un proceso electoral caracterizado por la violación constitucional conducente a lavar la cara como Estado usurpador, aparentar ser legítimo, controlar el Poder Legislativo y hacer ver esas elecciones fraudulentas con trazos “democráticos” para legitimarse ante el mundo, e irradiar a los cuatro vientos que es un “gobierno socialista democrático”, que es constitucionalmente electo. y que su validez es soberana.

Se han hecho sistemáticas consideraciones sobre las debilidades de los procedimientos electorales. Se ha anunciado que las írritas elecciones se llevarán a cabo usando medios electrónicos con equipos que ya fueron suministrados por los chinos para sustituir a las que en marzo de este año incendiaron en un galpón perteneciente al Consejo Nacional Electoral, lo cual provocó la pérdida de 49.408 máquinas de votación y otros insumos, 582 computadoras, 400 boletas electrónicas, 22.434 inversores de corriente, 127.000 boletas y 49.327 sistemas de autenticación integrada (captahuellas). Pero no hay problema, fueron debidamente negociadas y preparadas con sus respectivos sistemas en caja negra que permitirán el uso de un nuevo sistema electrónico envenenado.

La capacidad de improvisación del régimen es formidable para llevar a cabo este proceso el 6 de diciembre, “llueva, truene o relampaguee” a pesar de que el sistema electoral fue declarado fuera de ley por el Tribunal Supremo de Justicia Legítimo, que invalidó usar en el futuro el sistema electrónico de votación, y dictó medidas penales a todos los rectores nacionales y autoridades regionales del CNE.

 

Independientemente de las consideraciones anteriores, es necesario recordar que el proceso electoral es fraudulento, preparado fuera del marco legal y tiene una serie de elementos estructurales que no han cambiado, ni van a cambiar, que permiten su manipulación y garantizar los resultados a favor del régimen, dejando un regalo de consolación a la oposición colaboracionista que le otorga hasta un tercio de la representación del Parlamento para cubrir las apariencias.

En el análisis de los procesos se usa el argumento de que el voto masivo vencería a los intentos totalitarios, ciertamente esa afirmación es un mito cuyo origen es el arraigo que tiene entre nosotros aquel viejo dicho de que “en la unión está la fuerza”, pero el sistema, apoyado en la desconfianza y nula fiabilidad determina que las probabilidades no están del lado de la oposición en elecciones con este tipo de régimen. Con tal evidencia, el voto masivo no garantiza nada, más bien se pudiera argumentar lo contrario, especialmente apoyado por la circunstancia que, en muchos años, el régimen ha colocado a sus fanáticos en los respectivos organismos electorales, órganos de justicia y en sus fuerzas de seguridad con el fin único de garantizar la continuidad en el poder

Más allá del registro electoral, que inevitablemente habrá de reconstruir para que sea fiable, está el asunto del voto electrónico con el que el régimen vuelve por las suyas, ahora con los juguetes chinos no auditables y sistemas informáticos controlados. Está demostrado en todo el mundo que los fraudes electorales electrónicos se han convertido en un problema global, en general, la están usando para acabar con las democracias, pero parece que esto a nadie le importa o que por una u otra razón quienes pudiesen evitarlo, prefieren hacerse los suecos.

Organismos internacionales han hecho lo imposible para cambiar esta situación, por ejemplo, la OEA puso al descubierto el fraude electoral electrónico en Bolivia y está muy clara su posición con respecto a las venezolanas. El hecho cierto es que con el voto electrónico es imposible garantizar la fiabilidad del sufragio. En diferentes fases de un sistema cada parte es vulnerable de intervención maliciosa, desde la pantalla táctil, la comunicación por Internet, el almacenamiento en los servidores, la impresión de actas y pare de contar. Las experiencias son infinitas y el sistema de voto electrónico ha sido rechazado por las democracias que están seguras de la intervención política interesada cuyos resultados son potencialmente susceptibles de fraude.

Volvemos al punto, no se puede concurrir a un proceso electoral con sistemas corrompidos e ilegales al violar la Constitución, con sentencias de fraude en firme y autos de detención a los culpables en desarrollo ya un régimen declarado terrorista y de sus dirigentes buscados internacionalmente. Obviamente, los colaboracionistas por condiciones oportunistas intentan preservar posiciones en el régimen favorables a sus intereses y pecan de complicidad penal.

La solución electoral entonces está condicionada a una revisión integral del sistema, a optimizarlo mediante la instrumentación del voto manual con procedimientos de tabulación controlable en segmentos técnicos auditables. En todo caso, ello es responsabilidad de un gobierno de transición a quien se le ha exigido favorecer la integración de un Consejo de Gobierno y un gabinete que sustituya al régimen antipatriótico que nos antigobierna y que está vendido a los intereses internacionales del socialismo y a los socios del crimen organizado.

 

La dirigencia de oposición no ha dado la talla, no ha capitalizado las exigencias populares, pues hay que dejarla de lado y estimular la sinergia con la participación activa de la población en un proceso de resistencia, boicot a las elecciones chucutas, y de luchar en la calle por la libertad. No habrá ayuda internacional que valga para contribuir a remover a la ignominiosa dictadura que nos aplasta y nos diluye como país si no participamos activamente en su defensa que nos hace dependiente de otros y donde la dictadura nos obliga como esclavos a obedecer sus despreciables designios.

sábado, 19 de septiembre de 2020

CONTRA EL COLABORACIONISMO, LA RESISTENCIA

 

CONTRA EL COLABORACIONISMO, LA RESISTENCIA

Por Genaro Mosquera -September 19, 2020

El tema político venezolano tiende a ser más complejo cada día. Se hace difícil de entender y su análisis requiere de nuevos portafolios de herramientas para abordarlos más allá de la percepción subjetiva que se tenga de ella, por cierto, claro error de algunos analistas políticos internacionales que interpretan de manera sesgada y hasta intervencionista una realidad que están muy lejos de conocer y de girar sobre variables tradicionales de interpretación.

El entorno se hace difuso dependiendo del estrato político a examinar, el régimen tiene sus estrategias de corto y mediano plazo perfectamente definidas, es el caso, que lo más inmediato es la celebración de elecciones parlamentarias –cueste lo que cueste– y sus resultados incluso fueron anunciados nada menos que por el ministro de la Defensa y sus escuadrones de la muerte buscarán de ser necesario a la gente en sus casas para obligarlos a votar.

Esas elecciones son claves para el régimen, no solo para legitimarse y contribuir a una aproximación vendible a escala internacional de simulación democrática, sino para cumplir los objetivos cubanos cuyos dirigentes del Partido Comunista en opiniones vertidas en su diario oficial tienen el tupé de anunciar que “estas elecciones son necesarias y tenemos que llevarlas a cabo a como dé lugar”, ni siquiera cuidan el lenguaje en primera persona, lo cual los involucra de manera intervencionista y flagrante, sino que refuerzan la presencia invasora con nuevos contingentes de “médicos” para ampliar sus escuadrones que presuntamente y en declaraciones de ellos mismos son de 22.000 efectivos, que hacen presumir en deducción subjetiva que son al menos el doble de funcionarios gobernando su provincia en tierra firma.

Las acciones de ese objetivo electoral son claves para sus propósitos, los cuales se confirman oficialmente cuando se anuncia que el control de la Asamblea cumplirá con el propósito de rescatar los activos y empresas en manos del gobierno interino, de rescatar de los gobiernos interventores el patrimonio retenido como consecuencia de las medidas judiciales, es decir, perfeccionar el objetivo económico de validar contratos de altos montos y la inversión de países que pretenden apoderarse del país que ya lo hicieron, y abrir las fronteras a una táctica de intervención con sus aliados de gobiernos antidemocráticos y del crimen organizado. Su única concesión es dejar que los procedimientos electorales fraudulentos permitan la dádiva de elegir a algunos diputados de la “oposición colaboracionista” para completar la simulación democrática.

Otro estrato que denominaremos “oposición colaboracionista” también trazó sus objetivos; participar en dichas elecciones, conseguir mediante la negociación la mayor cantidad posible de curules, especialmente para sus líderes de pacotilla, tránsfugas de la política y los herederos de los símbolos de los partidos tradicionales expropiados para compartir como buenos colaboracionistas,

Un tercer estrato integrado por la oposición representada por los grupos políticos de la actual Asamblea que mediante un pacto juegan al gobierno de transición y finalmente, convocan a la sociedad civil representada por 105 organizaciones civiles nacionales, y 78 internacionales, las cuales, supuestamente, lograron ese consenso y que hasta ahora no hemos visto la supuesta integración al gobierno interino. Tampoco hemos visto  compromisos tangibles publicitados en las redes ni en los noticieros, solamente en pocos medios que dibujan la idea de unidad, y expresan la denuncia del fraude de las elecciones parlamentarias poniendo énfasis en hacer una consulta plebiscitaria para no solo validar el rechazo del soberano al régimen, sino lograr el cese la usurpación; luego, obtener la ayuda humanitaria, la formación del gobierno interino e ir posteriormente a un proceso electoral integral, es decir, poderes públicos y presidenciales. Otras organizaciones civiles con el mismo tema solo desean elegir mediante consulta virtual a sus dirigentes.

Como se ven las cosas, esa colcha de retazos que es la unidad toma tanto tiempo en integrarse que corre el peligro de que se hagan las elecciones y el tema será otro, mucho más complejo, política y organizacionalmente, pues habrá una Asamblea que se proclamará legítima frente a otra con períodos vencidos.

El escenario anterior, cuya probabilidad de ocurrencia crece día por día, nos va a dejar con un esquema dramático y en términos de aproximación tendrá un régimen con tendencia a consolidarse, una oposición que ya no será tal, sino que se integrará al sistema y dejará flotando en el ambiente una pregunta: ¿hasta cuándo se dejará de ser colaboracionista? La respuesta es: ¡hasta que ya no sean tales sino parte de la estructura de poder del régimen! Eso les permitirá tapar sus irregularidades, complicidad, corrupción, y apañarán cualquier desmán de la dictadura. ¿Entonces, qué queda?, pues no cabe la menor duda que, integrados al régimen todos los colaboracionistas, solo queda la resistencia.

Esta resistencia disminuida será perseguida. En consecuencia, o se subliman al régimen esperando que unas elecciones presidenciales dentro de algunos años los salve para empezar de nuevo el ciclo, o lo enfrentan con toda la fuerza necesaria, incluso de los que se han ido voluntariamente del país, o que han sido perseguidos como millares de militares disidentes, y si no se tiene éxito, convertirán a la resistencia en fugitivos.

La gente, además de agotada, está decepcionada de sus dirigentes, que solo les han demostrado desinterés real de cambiar, que sus egos e intereses personales han podido más que el deseo de voltear esta tragedia. Ya a estas alturas las personas, en su diaria y dura faena por llevar algo a sus mesas, solo les permite preocuparse de sobrevivir y les importa poco o nada el participar o involucrarse nuevamente en alguna actividad que promueva un cambio.

Las organizaciones  citadas, a la fecha solo han concentrado sus esfuerzos en tratar de lograr un consenso de cohesión y, paralelamente, no han logrado estructurarse como gobierno de emergencia, con un gabinete de ministros vitales y claramente identificados y comprometidos; no han coordinado con las fuerzas militares de venezolanos en exterior un plan de intervención y no se han reunido con los principales países aliados para procurar recursos logísticos y materiales que los habilite para lograr una real intervención, pues de nada sirve que se pronuncien como una opción real de cambio y como vía para la recuperación del país.

Si por el contrario han logrado este mínimo de elementos claves, promover que estas agrupaciones con una sola voz arremetan con fuerza en contra de la traición de los dirigentes que se prestan para la farsa, arremetan con fuerza en contra del régimen, y en contra del mismo interinato que solo busca estirar la vida del régimen, y asuma las riendas, presentándose ante el país y el mundo, como una Junta de Gobierno cuyo norte sea promover el ingreso de fuerzas militares de venezolanos, que desde el exterior estén ingresando al país apoyados por misiones internacionales, y paralelamente exponiendo un gabinete de ministros que implemente con toda celeridad un plan de emergencia y reconstrucción nacional.

Esta acción debería ser ejecutada con la urgencia requerida, donde se anuncien los eventos con dichas fuerzas militares venezolanas e internacionales ya en el terreno, accionando, tomando posiciones claves y apresando a los que corresponda; se debe hacer una declaración firme, dando a conocer cada uno de los miembros que integran esta junta, su estructura, ministros y responsables, exponiendo con claridad el plan concreto de reordenamiento, las acciones de emergencia en las diferentes áreas, especialmente las inherentes a la salud, la alimentación y el orden. A la denuncia sin miedos, y a la incorporación por la defensa, la protesta y recuperación que esté en proceso. Solo así, con una acción concreta, tajante, firme y decidida, lograremos acabar con estos 21 años de tragedia y desesperanza, para después poder iniciar ese largo camino de reconstrucción de la nación.

De lo contrario, los fugitivos engrosarán la migración en busca de trabajo, una vida mejor como la que ya están intentando todos los que se han marchado en cantidades millonarias. No la tenemos fácil, dejamos atrás cultura, familia y, profesiones. Afuera es hostil, xenofóbico, con ofertas de trabajo disminuidas y solo en condiciones de baja categoría laboral, sin documentos, búsqueda de visas de residencia y de trabajo de difícil trámite, lo cual nos convierte en caminantes o gitanos por el mundo.

Esta realidad, vemos en magnitudes inimaginables esa migración fugitiva que se agregará a la existente, con las dificultades de mantenimiento y supervivencia como la que destaca la organización Hope for Venezuela Refugees, proyecto civil humanitario financiado por la organización internacional contra el hambre Rise Against Hunger, con la gerencia de la venezolana Cristal Montañez, cuya iniciativa ha brindado más de 647.000 raciones de comida y elementos de supervivencia en el Norte de Santander.

¿Queremos seguir con esto?, o enfrentar la realidad de una dictadura que nos arrebata al país y nos convierte en marionetas de fuerzas externas cuyos objetivos están enmarcados en misiones claras de destrucción de la democracia y la imposición del llamado globalismo socialista y destructor.

Debemos enfrentar la realidad cuyo costo es alto, pero que sin iniciativas internas no tenemos chance. Entonces veremos que los colaboracionistas dejarán de ser colaboradores cuando se conviertan en mayoría y los que no nos integremos seremos resistencia, pero si no tenemos éxito, seremos fugitivos, y seguramente, acusados de delincuentes sin serlo.

sábado, 12 de septiembre de 2020

PACTO NACIONAL Y ORGANIZACIONES CIVILES


 

Es en cierta medida un avance que los partidos políticos representados formalmente en la Asamblea Nacional rechacen la convocatoria a elecciones parlamentarias considerándolas ilegales y violatorias de la Constitución y, que firmen un pacto político entre los 27 partidos allí representados. Ese pacto es necesario que lo hagan operativo mediante la recurrente solicitud de parte de las organizaciones civiles venezolanas de ampliarlo y suscribirlo considerándolo como base para la sustentación de la unidad, y hacerlo extensivo a una sociedad deseosa, comprometida con el cambio y la integración de un gobierno transitorio.

Ese pacto de los partidos es difuso en medidas concretas, tales como la solicitud de ayuda humanitaria y la necesidad de intervención internacional para proteger directamente a un pueblo que muere mayoritariamente por inanición y el deterioro total de su calidad de vida. También, la documentación presentada por la sociedad civil al presidente interino sugiere una petición de consulta al soberano, la cual fue acogida, pero aun así, también es difusa, pues las preguntas para una consulta vinculante son generales, tiene de enemigo al tiempo para su ejecución, y no son totalmente concretas, por ejemplo, con relación a la ayuda humanitaria y de su apoyo militar, no es explícita, sino que consiste en solicitar el apoyo popular para indagar si se está o no de acuerdo con: “ solicitar a los organismos internacionales que en base a sus principios constitutivos y los instrumentos por esas organizaciones aprobados, den a Venezuela el auxilio correspondiente para la recuperación de la democracia”, es decir,  no expresan debidamente el tipo  de apoyo dejando en el aire el verdadero objetivo.

Es una desgracia que algunos miembros de esa misma Asamblea, y otros actores cuya visión política es abiertamente oportunista e incluso egoísta, hagan subrepticiamente una negociación con el régimen para participar en elecciones calificadas de antemano fraudulentas o ilegales, incluso amenazadas por el entorno de la cúpula militar, en tal sentido, no solo es contradictoria con los acuerdos de los partidos agrupados en la Asamblea,  sino que son violatorios de la legalidad puesto que el régimen ha sido declarado formalmente usurpador como consecuencia de la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia Legítimo, quien declaró la nulidad del sistema electoral y sentenció a un proceso penal a los funcionarios del régimen asociados al crimen internacional. Por esa razón primaria, quienes propician las elecciones se rasgan las vestiduras como defensores de la ley, pero lo que hacen es buscar rendijas para continuar cohabitando con el régimen. Violan la Constitución y leyes de la república, apoyando sin rubor a un gobierno írrito y usurpador de los poderes públicos con quienes llegan a acuerdos por su cuenta y riesgo.

Los partidos que integran la Asamblea Nacional llegaron ahí con la fórmula unitaria de la MUD, y no lo hicieron individualmente como tales, es más, su condición actualmente es precaria por la pérdida de apoyo popular y de sus propios militantes, y ahora, en condiciones dudosas, el régimen los expropia y se los entrega a militantes que así lo acordaron en una negociación infame con el objetivo de participar en las parlamentarias en compañía de otros partidos creados al vapor por reconocidos dirigentes que se asociaron al régimen. En términos prácticos, los partidos tradicionales estarán presentes en las fulanas elecciones fraudulentas.

De la fuente de los micropartidos socialistas, y de los partidos tradicionales en manos convenientes a los intereses del régimen sus dirigentes son postulados como candidatos a diputados, mecanismo mediante el cual les permite ingresar a la Asamblea obviamente como fracciones minoritarias como consecuencia de la manipulación electoral cuya estructura será dominada por el régimen acompañada de esa oposición colaboracionista. La consecuencia directa al validar el fraude es legitimar al régimen propiciando la consecución de la usurpación e intentar inducir a la opinión internacional para que legitimen al régimen bajo la premisa de acuerdos negociados y, la simulada apertura política basada en la llamada liberación de algunos presos civiles. De tal manera, que todo el asunto radica que sus acciones le permitirán al régimen seguir con su política represiva y su estilo dictatorial

Los elegidos de la oposición oficial, a su vez logran correr la arruga para regresar a la controversia política y centran el futuro en la carrera presidencial obviando los efectos de su actuación en la población y su condición de vida, con una visión miope de la “real politik”.  Esa es la razón por la cual no se puede aceptar esa tremenda movida sin que esa actuación tenga la connotación de complicidad, y desprecio por el pensamiento mayoritario de la nación. La verdad es que esos partiditos y sus dirigentes no representan a nadie sino a ellos mismos, y como consecuencia de sus argumentos, desean vender a la opinión pública y a los organismos internacionales que la solución de nuestros problemas es por la vía electoral lo cual constituye una utopía, y que realmente son cómplices de haber, acordado esta cobarde transacción con el crimen organizado validando la entrega del país a cubanos, islamistas, turcos y como si fuera poco, a los intereses rusos, chinos, y del narcotráfico, soportado por militares corruptos y la guerrilla.

Estos hechos no pueden dejarse pasar tal como se ha descrito porque seguiremos en lo mismo en detrimento de la población venezolana, sufrida, hambrienta y deteriorada y de un éxodo que seguirá creciendo, que no es dorado, sino que está lleno de incertidumbre, de desempeño en trabajos improvisados, y que no es confortable sino para unos pocos.

En Venezuela se agravará la situación que está caracterizada por una pobreza generalizada, que de acuerdo con estudios documentados 96% de los hogares venezolanos reportan un ingreso medio al mes de 1 dólar y que como consecuencia de ello, el consumo se ubica por debajo de la canasta básica con la pérdida natural de la salud por deficiencias nutricionales. Agravado por la pandemia 54% de pobreza se ha sumado a 41% de pobreza crónica, y que 43% de los hogares reporta la imposibilidad de trabajar para cubrir el día a día, independientemente de familias que reciben remesas de la diáspora pero que también han reducido las mismas a una cuarta parte, lo cual los  pone en condiciones muy precarias, al igual que aquellos atenidos a los subsidios políticos asociados al carnet de la patria para recibir dádivas irregulares. Por supuesto, se excluyen de estos indicadores a los individuos aliados al régimen que no llegan a 1% de la población que continúan con su vida dilapidadora producto de la corrupción y son los que se ven en las calles del país haciendo gala de nuevos ricos.

Esta situación ha determinado que la mayoría de los venezolanos tengan una visión totalmente pesimista del futuro cuando observan ahora más comprometida su situación como consecuencia de la legitimación del régimen, la cual reducirá su esperanza de cambio debido a la consolidación oficial quien sabe por cuánto tiempo más. La población que no tiene alternativas, está llena de incertidumbre, sin capacidad de respuesta y tampoco tiene quien los represente por la ausencia de un liderazgo que no resuelve y no termina de asumir su responsabilidad.

Llegó la hora de apartarse de los falsos dirigentes, de la negociación interesada, del diálogo estúpido, y de cómplices del statu quo. No es posible soportar esta manera de actuar; la continuidad en la pérdida de los derechos humanos, el sometimiento y desesperanza, por tanto, hay que actuar. Recientemente 105 organizaciones civiles en Venezuela solicitaron una consulta vinculante en la que las preguntas deben estar dirigidas a favorecer la intervención y ayuda internacional acompañadas de la debida resistencia interna organizada bajo un liderazgo nuevo, Esta petición fue acompañada en el exterior por 78 organizaciones civiles distribuidas en Iberoamérica, en igual sentido es una sociedad civil integrada por la máxima representación de las fuerzas vivas del país,  gremios, sindicatos, organizaciones de lucha y personalidades, los cuales aspiran a integrarse con los firmantes del pacto para provocar el cambio de sistema y son la esencia de la unidad,

Todos sabemos que estas organizaciones y personalidades han sido apartadas deliberadamente, pero en la coyuntura deben asumir el reto aprovechando la firma de ese pacto y de integrarse a él sin prejuicios u obstáculos. Proceder a organizar una gran asamblea, una en el país dentro de las posibilidades y hostilidad del régimen y otra, en el exterior donde mejor convenga con el objetivo de designar su dirigencia, la de un Consejo de Estado, un Consejo o Junta de Gobierno y un gabinete de sombra.

Si no lo hacemos a tiempo y simplificamos la validación de la citada consulta o esperamos el cese de la usurpación, como lo han expresado, será una utopía y vendrán tiempos peores de lo que hemos vivido. Hagamos gobierno, en el país o en el  exilio, enfrentemos con resistencia real al usurpador y a su banda, estimulemos a las fuerzas internas, a las  que se debaten dentro de los cuarteles, hagamos de los expulsados de las instituciones un activismo agresivo para no dejarnos aplastar, no hay más nada que decidir, la profundización de la resistencia contra el poder corrupto y terrorista o la preservación de poder comunista con el acompañamiento de fuerzas antidemocráticas cuyo interés es seguir como dueños del país y construir un plan desestabilizador al continente desde el territorio nacional.

No podemos permitirlo, ni tampoco los intereses de los países amigos que tendrán que tomar cartas en el asunto, resolviendo el tema, de que los venezolanos tenemos que buscar nuestra propia solución, es cierto parcialmente; pero también es cierto que se lucha contra el crimen organizado y el interés de países antidemocráticos que tomaron al país por asalto, y que por más que hagamos necesitamos ayuda externa, La libertad no se conquista fácilmente, aceptamos el reto. Más vale perder una batalla, que llorar por el combate nunca iniciado.

 


sábado, 5 de septiembre de 2020

ORGANIZACION SOCIAL Y TRANSICION


 

A raíz de la última propuesta del gobierno interino de trazar una nueva ruta, las organizaciones civiles han venido haciendo una gestión destinada a la consolidación de la unidad de sus objetivos particulares, y en las últimas horas, han expresado su posición orientada  a propiciar una ruta común y definitiva para lo cual han hecho público a nombre de 105 organizaciones sociales bajo el lema de “rechazamos farsa electoral del 6D, la necesidad de un gobierno de transición y de reunificación nacional expresando el deseo  de querer “votar en elecciones con iguales garantías para todos, dejando claro su no participación en las elecciones parlamentarias convocadas por el régimen por ilegales y de diseño fraudulento”.

En el exterior, 15 organizaciones de la diáspora venezolana que lo respaldan y que están ubicadas en 24 países iberoamericanos, a las que se suman 63 que integran la Coalición por Venezuela, expresan bajo el lema “La libertad no espera”: Realizar una consulta popular plebiscitaria vinculante para escuchar la voz y voluntad del soberano, poner fin al cese de la usurpación, designar, en un lapso no mayor de dos meses, un gobierno de unidad nacional -por la Asamblea Nacional electa en 2015- y el nombramiento o ratificación de los otros poderes públicos. Aspiran a la convocatoria a elecciones generales libres y justas en el menor lapso posible, y la solicitud de apoyo y certificación de la comunidad internacional en la realización de un plebiscito, a fin de garantizar que la decisión libre del pueblo venezolano sea cumplida”.

Esta aspiración legítima, tiene apoyo y divergencia sobre la base conocida que la respuesta a esa iniciativa es implícita mayoritariamente por parte de la población y que, en todo caso, sería una consulta para apoyar una intervención externa como complemento a una amplia movilización general de la población cansada de tanta ruina. Se indica adicionalmente la dificultad de validar este asunto de la consulta en el país como resultante de las restricciones a la cual estamos sometidos y, a las acciones hostiles del régimen. En el exterior es factible dicha consulta favorecida por la libertad de expresión, pero también y con mayor fortaleza está en línea de solicitar la intervención militar coaligada, y salida del régimen. En reciente encuesta hecha en Estados Unidos por la Universidad del Norte de Florida (UNF) ocho de cada diez personas están de acuerdo con un gobierno interino, incluyendo la oposición para tomar la ruta adversa de participar en las elecciones parlamentarias convocadas por el régimen. El sondeo de opinión reveló que el gobierno interino no ha logrado hasta ahora la hoja de ruta que planteó hace más de un año de “cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres” mostrando su inconformidad por la ausencia de decisiones. Ese rechazo alcanza a los procesos de negociación entre la oposición venezolana y el régimen y se alinea con el apoyo a opciones más radicales.

Las citadas organizaciones civiles anuncian que después de múltiples reuniones se consolida la idea de la consulta popular plebiscitaria de manera vinculante con el apoyo de organismos internacionales como la OEA, e incluso la elección de nuevos dirigentes para dirigir a la organización centralizada de la sociedad civil venezolana En este sentido, los acuerdos apuntan a realizar la consulta y designar, en un lapso no mayor de dos meses, a un gobierno de unidad nacional y el nombramiento o ratificación de los otros poderes públicos

Se es consciente de que si no se logran estructurar dichos objetivos se está en peligro de reiterar errores y la imposibilidad de nombrar gobierno por ausencia de presión y activismo de calle, la cual no va a responder a los partidos políticos por su nivel de deterioro formal y operativo, y que solo un nuevo liderazgo puede convocarlos y hacerlos de tal manera que se pueda establecer una nueva contraparte que faciliten las acciones para el cambio de régimen.

Frente a esa posición, se considera que la Asamblea Nacional nada decide, que tiene sometido al presidente interino a una camisa de fuerza representada por el Estatuto que limita sus funciones y no deja nombrar ningún gobierno interino, mucho menos a un consejo de gobierno, hace mutis con relación a la solicitud de ayuda militar humanitaria e ignora olímpicamente el tema del TIAR, que permitiría concretar el desplazamiento del régimen cuyos poderes ha secuestrado apoyada su acción con las concesiones a Rusia, China, Irán, Turquía y a los utilitarios succionadores de recursos por parte del régimen dictatorial de  Cuba, la protección militar y paramilitar del islam, la guerrilla, los colectivos y las estrategias odiosas del crimen organizado. Estos elementos consumen esfuerzos, producen desesperanza pues las soluciones se replican inútilmente cada cierto período y no se avanza, corriendo la arruga a un régimen que basado en la fuerza militar y el control férreo de sus esbirros limita las libertades cada vez, y reta, fanfarronamente a las democracias de países que apoyan al denominado gobierno interino.

Construir un escenario objetivo con todas las variables anotadas anteriormente y prever los efectos del corto plazo es difícil, especialmente marcadas por la estrategia del régimen de buscar a toda costa llevar a cabo las elecciones parlamentarias con el único propósito de defenestrar la Asamblea Nacional actual, que se debate inútilmente en decisiones que no toma dentro del entorno del tiempo que se agota. Dicha estrategia define un tablero donde se ha secuestrado a los símbolos partidistas y con decisiones ilegales ha designado nuevas directivas en franca colaboración para ir a las elecciones y paga con el rédito de incluir como candidatos a un conjunto de individuos sin escrúpulos que cometen traición a su militancia y cargan con el delito de ir a elecciones ilegales, se incorporan a la campaña electoral con el propósito de aparecer en las papeletas y aspirar a estar en una nueva Asamblea Nacional

En tal sentido, es complejo dibujar un escenario de manera objetiva, pero con riesgo calculado podemos hacer algunas apreciaciones de lo que nos espera a los venezolanos en los albores del próximo año. No cabe la menor duda de que se harán elecciones parlamentarias con la participación de los partidos del Polo Patriótico gobernado por el PSUV, un conjunto de minipartidos de nuevo cuño con topos a la cabeza, y de los partidos tradicionales representados por individuos nombrados por el régimen. Es un hueso duro de roer que tal personaje se divorcien de sus correligionarios para ir como candidatos en las listas nominales y de partido, los cuales por obra y gracia de los resultados serán electos minoritariamente por un puñado de votantes que no llegarán a 2 millones y que el CNE anunciará una participación 3 o 4 veces más elevada, y proclamarán el “triunfo legítimo” de los candidatos del régimen acompañado de gran publicidad nacional e internacional.

Este escenario probable será la resultante de los movimientos de piezas en el tablero señalado que se nutre, además, con la oportunista liberación de presos civiles donde algunos de ellos tendrán su premio de consolación previo compromisos adquiridos fortalecidos con la ayuda de algunos bate quebrados que antaño hicieron el ridículo con su participación electoral y tuvieron miedo de defender los resultados electorales y que ahora se rasgan las vestiduras haciendo un llamado a elecciones parlamentarias afirmando sarcásticamente que tienen que aprovechar una rendija para meter la pata..

Una vez electos y juramentados, el régimen izará la bandera de ser un cuerpo legitimo, que sustituye a una Asamblea Nacional que no cubrió las expectativas. Ciertos dirigentes que no pudieron entrar en las listas regresarán a su viejo partido y que para el activismo del caso tendrán representación legislativa en los diputados electos en una gran movida.

Por otra parte, la reacción internacional que ya ha fijado posición en la ilegalidad del tal proceso  fraudulento, atizará sus protestas, probablemente reforzará las medidas restrictivas, se oirán voces de protestas nacionales e internacionales, pero  al régimen le “dará lomo” como se dice en términos criollos, se burlará de los países democráticos que adoptaron esa postura, muchos de ellos se echaran atrás diplomáticamente y el régimen tendrá en sus manos el control total de los poderes, conseguirá su objetivo de legitimarse, al disponer de una mayoría en la Asamblea Nacional lo cual le permitirá validar actuaciones corruptas, contrataciones, acuerdos ilegales, y dejará en el aire el supuesto gobierno interino.

Ese potencial escenario se nos acerca como un sunami, y habrá otra  jugada táctica, ante la protesta internacional de los países que apoyaron al interinato, convocarán la gran asamblea de los países no alineados que bajo la batuta de los gobiernos socialistas y comunistas, apoyarán al régimen para reforzar el reto al capitalismo, al gigante del norte, burlarse de las democracias y contribuir con sus movimientos racistas, neonazis y comunistas a acciones violentas y desestabilizar a los países del continente cuyas hordas incendiarias ya prendieron en el norte, en varios países de Suramérica y van avanzando en países europeos, Asia y de ciertos países africanos con la clara intención de imponer la globalidad política de las izquierdas y sus efectos económicos destructivos y hambreado res.

Ese panorama cuya realidad comienza a tomar forma nos obliga a atender el llamado de las organizaciones civiles y a la responsabilidad ciudadana. Es preferible morir con las botas puestas que de hambre. Al sistema hay que enfrentarlo, a los secuestradores y usurpadores hay que desestabilizarlos, igual si nos apalean, encarcelan, o nos tiran sus perros de guerra. Ante tanta crueldad una fuerza coaligada cuyos intereses y seguridad se verán afectados directamente seguramente ayudarán en la tarea heroica de rescatar al país. Si no actuamos como libertarios, el futuro se ve sombrío para la libertad y supervivencia. Se va a profundizar la transformación del venezolano común en harapienta vida, similar a la del pueblo cubano, cuya oprobiosa dictadura ha convertido a Venezuela en su provincia a la cual chupan como sanguijuelas.