Es en cierta medida un avance que los partidos políticos
representados formalmente en la Asamblea Nacional rechacen la convocatoria a
elecciones parlamentarias considerándolas ilegales y violatorias de la
Constitución y, que firmen un pacto político entre los 27 partidos allí
representados. Ese pacto es necesario que lo hagan operativo mediante la
recurrente solicitud de parte de las organizaciones civiles venezolanas de ampliarlo
y suscribirlo considerándolo como base para la sustentación de la unidad, y
hacerlo extensivo a una sociedad deseosa, comprometida con el cambio y la
integración de un gobierno transitorio.
Ese pacto de los partidos es difuso en medidas concretas, tales
como la solicitud de ayuda humanitaria y la necesidad de intervención
internacional para proteger directamente a un pueblo que muere mayoritariamente
por inanición y el deterioro total de su calidad de vida. También, la
documentación presentada por la sociedad civil al presidente interino sugiere
una petición de consulta al soberano, la cual fue acogida, pero aun así,
también es difusa, pues las preguntas para una consulta vinculante son
generales, tiene de enemigo al tiempo para su ejecución, y no son totalmente
concretas, por ejemplo, con relación a la ayuda humanitaria y de su apoyo
militar, no es explícita, sino que consiste en solicitar el apoyo popular para
indagar si se está o no de acuerdo con: “ solicitar a los organismos
internacionales que en base a sus principios constitutivos y los instrumentos
por esas organizaciones aprobados, den a Venezuela el auxilio correspondiente
para la recuperación de la democracia”, es decir, no expresan debidamente el tipo de apoyo dejando en el aire el verdadero
objetivo.
Es una desgracia que algunos miembros de esa misma Asamblea,
y otros actores cuya visión política es abiertamente oportunista e incluso
egoísta, hagan subrepticiamente una negociación con el régimen para participar
en elecciones calificadas de antemano fraudulentas o ilegales, incluso
amenazadas por el entorno de la cúpula militar, en tal sentido, no solo es
contradictoria con los acuerdos de los partidos agrupados en la Asamblea, sino que son violatorios de la legalidad
puesto que el régimen ha sido declarado formalmente usurpador como consecuencia
de la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia Legítimo, quien declaró la
nulidad del sistema electoral y sentenció a un proceso penal a los funcionarios
del régimen asociados al crimen internacional. Por esa razón primaria, quienes
propician las elecciones se rasgan las vestiduras como defensores de la ley,
pero lo que hacen es buscar rendijas para continuar cohabitando con el régimen.
Violan la Constitución y leyes de la república, apoyando sin rubor a un
gobierno írrito y usurpador de los poderes públicos con quienes llegan a
acuerdos por su cuenta y riesgo.
Los partidos que integran la Asamblea Nacional llegaron ahí
con la fórmula unitaria de la MUD, y no lo hicieron individualmente como tales,
es más, su condición actualmente es precaria por la pérdida de apoyo popular y
de sus propios militantes, y ahora, en condiciones dudosas, el régimen los
expropia y se los entrega a militantes que así lo acordaron en una negociación
infame con el objetivo de participar en las parlamentarias en compañía de otros
partidos creados al vapor por reconocidos dirigentes que se asociaron al
régimen. En términos prácticos, los partidos tradicionales estarán presentes en
las fulanas elecciones fraudulentas.
De la fuente de los micropartidos socialistas, y de los
partidos tradicionales en manos convenientes a los intereses del régimen sus
dirigentes son postulados como candidatos a diputados, mecanismo mediante el
cual les permite ingresar a la Asamblea obviamente como fracciones minoritarias
como consecuencia de la manipulación electoral cuya estructura será dominada
por el régimen acompañada de esa oposición colaboracionista. La consecuencia
directa al validar el fraude es legitimar al régimen propiciando la consecución
de la usurpación e intentar inducir a la opinión internacional para que
legitimen al régimen bajo la premisa de acuerdos negociados y, la simulada
apertura política basada en la llamada liberación de algunos presos civiles. De
tal manera, que todo el asunto radica que sus acciones le permitirán al régimen
seguir con su política represiva y su estilo dictatorial
Los elegidos de la oposición oficial, a su vez logran correr
la arruga para regresar a la controversia política y centran el futuro en la
carrera presidencial obviando los efectos de su actuación en la población y su
condición de vida, con una visión miope de la “real politik”. Esa es la razón por la cual no se puede
aceptar esa tremenda movida sin que esa actuación tenga la connotación de
complicidad, y desprecio por el pensamiento mayoritario de la nación. La verdad
es que esos partiditos y sus dirigentes no representan a nadie sino a ellos
mismos, y como consecuencia de sus argumentos, desean vender a la opinión
pública y a los organismos internacionales que la solución de nuestros
problemas es por la vía electoral lo cual constituye una utopía, y que realmente
son cómplices de haber, acordado esta cobarde transacción con el crimen
organizado validando la entrega del país a cubanos, islamistas, turcos y como
si fuera poco, a los intereses rusos, chinos, y del narcotráfico, soportado por
militares corruptos y la guerrilla.
Estos hechos no pueden dejarse pasar tal como se ha descrito
porque seguiremos en lo mismo en detrimento de la población venezolana,
sufrida, hambrienta y deteriorada y de un éxodo que seguirá creciendo, que no
es dorado, sino que está lleno de incertidumbre, de desempeño en trabajos
improvisados, y que no es confortable sino para unos pocos.
En Venezuela se agravará la situación que está caracterizada
por una pobreza generalizada, que de acuerdo con estudios documentados 96% de
los hogares venezolanos reportan un ingreso medio al mes de 1 dólar y que como
consecuencia de ello, el consumo se ubica por debajo de la canasta básica con
la pérdida natural de la salud por deficiencias nutricionales. Agravado por la
pandemia 54% de pobreza se ha sumado a 41% de pobreza crónica, y que 43% de los
hogares reporta la imposibilidad de trabajar para cubrir el día a día,
independientemente de familias que reciben remesas de la diáspora pero que
también han reducido las mismas a una cuarta parte, lo cual los pone en condiciones muy precarias, al igual
que aquellos atenidos a los subsidios políticos asociados al carnet de la
patria para recibir dádivas irregulares. Por supuesto, se excluyen de estos
indicadores a los individuos aliados al régimen que no llegan a 1% de la
población que continúan con su vida dilapidadora producto de la corrupción y
son los que se ven en las calles del país haciendo gala de nuevos ricos.
Esta situación ha determinado que la mayoría de los
venezolanos tengan una visión totalmente pesimista del futuro cuando observan
ahora más comprometida su situación como consecuencia de la legitimación del
régimen, la cual reducirá su esperanza de cambio debido a la consolidación
oficial quien sabe por cuánto tiempo más. La población que no tiene
alternativas, está llena de incertidumbre, sin capacidad de respuesta y tampoco
tiene quien los represente por la ausencia de un liderazgo que no resuelve y no
termina de asumir su responsabilidad.
Llegó la hora de apartarse de los falsos dirigentes, de la
negociación interesada, del diálogo estúpido, y de cómplices del statu quo. No
es posible soportar esta manera de actuar; la continuidad en la pérdida de los
derechos humanos, el sometimiento y desesperanza, por tanto, hay que actuar.
Recientemente 105 organizaciones civiles en Venezuela solicitaron una consulta
vinculante en la que las preguntas deben estar dirigidas a favorecer la
intervención y ayuda internacional acompañadas de la debida resistencia interna
organizada bajo un liderazgo nuevo, Esta petición fue acompañada en el exterior
por 78 organizaciones civiles distribuidas en Iberoamérica, en igual sentido es
una sociedad civil integrada por la máxima representación de las fuerzas vivas
del país, gremios, sindicatos,
organizaciones de lucha y personalidades, los cuales aspiran a integrarse con
los firmantes del pacto para provocar el cambio de sistema y son la esencia de
la unidad,
Todos sabemos que estas organizaciones y personalidades han
sido apartadas deliberadamente, pero en la coyuntura deben asumir el reto
aprovechando la firma de ese pacto y de integrarse a él sin prejuicios u
obstáculos. Proceder a organizar una gran asamblea, una en el país dentro de
las posibilidades y hostilidad del régimen y otra, en el exterior donde mejor
convenga con el objetivo de designar su dirigencia, la de un Consejo de Estado,
un Consejo o Junta de Gobierno y un gabinete de sombra.
Si no lo hacemos a tiempo y simplificamos la validación de
la citada consulta o esperamos el cese de la usurpación, como lo han expresado,
será una utopía y vendrán tiempos peores de lo que hemos vivido. Hagamos
gobierno, en el país o en el exilio,
enfrentemos con resistencia real al usurpador y a su banda, estimulemos a las
fuerzas internas, a las que se debaten
dentro de los cuarteles, hagamos de los expulsados de las instituciones un
activismo agresivo para no dejarnos aplastar, no hay más nada que decidir, la
profundización de la resistencia contra el poder corrupto y terrorista o la
preservación de poder comunista con el acompañamiento de fuerzas
antidemocráticas cuyo interés es seguir como dueños del país y construir un
plan desestabilizador al continente desde el territorio nacional.
No podemos permitirlo, ni tampoco los intereses de los
países amigos que tendrán que tomar cartas en el asunto, resolviendo el tema,
de que los venezolanos tenemos que buscar nuestra propia solución, es cierto
parcialmente; pero también es cierto que se lucha contra el crimen organizado y
el interés de países antidemocráticos que tomaron al país por asalto, y que por
más que hagamos necesitamos ayuda externa, La libertad no se conquista
fácilmente, aceptamos el reto. Más vale perder una batalla, que llorar por el
combate nunca iniciado.
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