Dr. Genaro Mosquera Castellanos
ANTECEDENTES
Desde hace ya un largo periodo de tiempo, el régimen de gobierno en Venezuela,
privilegió sus objetivos ideológicos internacionales del socialismo en
detrimento a los del país y de sus habitantes. Desarrolló un proyecto de
gobierno totalitario y represivo ambientado en el fraude y el engaño.
Perfeccionaron por años un sistema electoral que le ha permitido maniobrar las
elecciones en su beneficio y proyectar una imagen propagandística de que en el
país se vive en democracia lo cual permitió desarrollar un modelo económico
socialista sometiendo a la población a una terrible presión de privaciones,
hiperinflación y represión.
El efecto directo de esta
política hizo efectos adversos en la población, y el descontento popular creció
de manera significativa sobre el cual se estructuraron estrategias opositoras
signadas por una confederación de grupos políticos que actuando bajo premisas
unitarias capitalizaron las elecciones legislativas para elegir
mayoritariamente a los integrantes de la Asamblea Nacional. La Mesa de la Unidad
Democrática, (MUD) fijó para el gran público un objetivo macro, “el cambio de
modelo de gobierno” apoyando sus acciones en el descontento popular, de tal
manera que se formularon estrategias para intentar resolver los problemas de
cambio mediante propuestas sustentadas en un Referendo Revocatorio (RR),
Renuncia al cargo, Violación a la Constitución por Nacionalidad Colombiana,
Abandono del Cargo Enmienda Constitucional y Asamblea Constituyente. Todas
estas acciones, por cierto, movilizadoras de la población fueron
estratégicamente obstruidas por el régimen. Dada la imposibilidad de aplicar
alguna de las propuestas anteriores, se maneja por último “el Juicio Político”.
Obviamente el TSJ como poder supra apoyado por un Consejo Nacional Electoral
experto en mecanismos de engaño y manipulación electoral como brazos ejecutores
del Ejecutivo boicotearon toda iniciativa y lo seguirán haciendo a través de la
odiosa, anticonstitucional y usurpadora acción de la sala constitucional del
TSJ-.
Movimientos populares de calle
han sido castrados sistemáticamente por la MUD a pesar que las mismas tan
tenido éxito sin precedentes apoyada en una especie de movimiento de
movimientos de carácter espontánea y
desorganizada; pero que ha sido, ambientada por los integrantes de los
partidos con discursos inútiles y desmotivadores. Prontamente desactivaron la
acción de calle y la convirtieron en inútil cacerolazo, generando gran
frustración enriquecida por el argumento discursivo generalizado contra toda
reacción de cambio inmediato usando el concepto o eslogan de “Cambio
Constitucional, Pacifico y Electoral”.
En esta circunstancia aparece
inducida por el gobierno y la misma oposición la acción “mágica” del
Dialogo, Se instala la flamante mesa de
diálogo con la infeliz decisión de desmotivar las acciones de calle, y se
desarma la anhelada respuesta popular de protesta debido fundamentalmente por la increíble situación económica producto de la inestabilidad
de muchos factores tales como la
corrupción, hiperinflación, hambruna, falta de bienes, servicios, pérdida del
valor de la moneda, del salario y el impacto social de las políticas erradas en
la salud, educación, seguridad, y muy especialmente, por la represión sin
límites del gobierno usando la fuerza armada cuyas actuaciones no tienen
precedentes sobre casi cualquiera institución, empresa, gremio o persona que manifieste contra el gobierno y sus representantes por
cualquier medio.
La citada mesa de diálogo aún
debate algunos acuerdos sustentados en las opiniones de los llamados grupos G3
y G4 y la influencia de personalidades ligadas al gobierno. Esta posición complace no solo al gobierno
que logró su primer objetivo de triunfo al
congelar la protesta masiva en la calle, sino que, incluso revela la
desconexión de la MUD con la comunidad
en general administrando el proceso informativo cuyos elementos deberían
ser públicos, no entendiendo la población
el comportamiento de sus representantes que más allá de sus
declaraciones y de expresiones de cambio del modelo político despreciaron las
fuerzas emergentes que impulsaría dicho cambio, de tal manera, que sus
representantes no abordaron con claridad los temas de la solución de la
problemática social sobre el cual se
montó su elección como diputados a la
Asamblea, creando desconfianza, perdida de liderazgo, donde sus acciones
públicas se interpretan como recursos retóricos o populistas frente a la
percepción generalizada que los diputados electos no cumplieron sus funciones y
quedaron muy lejos de sus ofertas electorales posicionándose una opinión
desfavorable interpretada sobre la
incapacidad de estas fuerzas opositoras a lograr objetivos claros para
enfrentar un cambio real y el abuso de las fuerzas oficiales y su sospechosa
complicidad en actos de corrupción, del control abusivo y dictatorial del
gobierno y la ejecución anticonstitucional de los poderes públicos.
Todo se traduce en la
descalificación de esa dirigencia que no ha sabido conducir el proceso
imprescindible para un cambio del modelo donde la dirección política de la
oposición desde la Asamblea Nacional no ha logrado entender la incertidumbre
que han generado y que el gobierno
corrió la arruga en la búsqueda desesperada de tiempo, logrando apaciguar de
manera indirecta la calle y logro controlar los movimientos de cambio y ha
convertido en triunfo los elementos políticos que perfilaban la salida del
gobierno.
Estas circunstancias se
complementan con la reacción popular la cual adquiere límites insospechados de
angustia y desesperanza, donde la pobreza aflora y golpea sin distinciones
sociales, rompiendo la promesa reiterada
de recuperar la agenda no cumplida de la AN y su expresar matriz de opinión de
conducir todo en paz y esperar otra vez un nuevo procesos electoral, por cierto
bajo las mismas condiciones y la burla del CNE y del TSJ Una nueva promesa se
abre paso, la de esperar las elecciones
de gobernadores y alcaldes y preparar el terreno para las elecciones de
presidente en el año 2018.
El régimen afianzado y confiado
profundiza el modelo político, confiscando nuevas empresas, reprimiendo más
fuertemente e introduciendo odiosos cambios económicos, especialmente
monetarios de claro corte antipopular los cuales agudizan la crisis causando
graves consecuencias en los procesos normales cotidianos de un país provocando
indignación y violencia por los efectos que tales medidas los cuales han
perturbado a la población y sus relaciones habituales
De la noche a la mañana la
población en general, especialmente los menos privilegiados sociablemente han
quedado prácticamente sin recursos ni poder adquisitivo para poder conseguir
los insumos necesarios para su alimentación, transporte, medicinas y para
cubrir los gastos necesarios ambientado en un corralito postmoderno del control
socialista de la economía frente a un liderazgo haciéndose de la vista gorda
ante una clase corrupta que saca beneficios de esta situación favoreciendo a
las mafias oficiales sin pudor ninguno y potenciando la influencia adoptada por
especuladores cuyos mecanismos comerciales en un ambiente de oferta dolarizada
introducen nuevos aspectos especulativos que cercenan aún más el poder
adquisitivo de la población Frente a ello, es claro que la violencia inducida
y no conveniente porque contribuye a
optimizar la destrucción del aparato productivo y sus mecanismos de
comercialización no pueden pasar de manera inadvertida, de tal manera, que el
pueblo en su espíritu más genuino manifiesta su descontento el cual se va a
profundizar aún más por la obstinación de un gobierno sordo y propagador de
mentiras, que no resuelve nada porque preserva sus acciones ideológicas frente
a los intereses de un país
Si los liderazgos opositores no
se ponen al lado de los desvalidos y no se conectan con sus problemas reales,
profundizaran la desconfianza que han generado y como factor circunstancial
provocara la intervención de la Asamblea por parte del régimen echando por tierra
la esperanza que los elevó a las posiciones de lucha de una genuina Asamblea
Popular.
ORGANIZACIÓN DE LAS FUERZAS
SOCIALES
El entorno socio-político
nacional determina que la población en general mayoritariamente no soporta la
situación de un modelo que ha tenido efectos perversos y determinantes en la
vida cotidiana. El deterioro de sus instituciones, las violaciones constitucionales, el ejercicio dictatorial
del gobierno y los efectos muy bien conocidos- Innumerables venezolanos,
capacitados políticamente, intelectuales de gran valía, experimentados, dignos
y de impecable trayectoria social, tienen perfectamente claro las implicaciones
de los objetivos y resultantes de las politices del régimen y han venido señalando los caminos a
transitar hacia la búsqueda de un gobierno de transición y han puesto a
disposición los instrumentos necesarios para la reconstrucción del país
sustentados en impecables trabajos suficientemente documentados que cubren casi
desde cualquier perspectiva de las dinámicas económicas y sociales.
El desastre que vivimos y la
profundización de la crisis nos advierten del peligro que como pueblo y como
país tenemos por la extraordinaria mala conducción de grupos conectados con los
más perversos intereses personales y mafiosos, que usan el poder sin ningún
tipo de restricción y han hecho del mismo un instrumento de sometimiento. De tal manera, que nos sentimos obligados a
hacer todo lo necesario para constituir una Fuerza Social Colectiva, con
vocación de poder social, apoyado en el conocimiento, en la Constitución y en
el derecho que ella otorga de proponer al país una salida urgente, con ideas
claras y programas derivados del más puro ejercicio democrático y de lucha
contra la tiranía que se torna en salvaje para la preservación del poder y de
sus efectos en la corrupción y entrega incluso de la soberanía.
Es indispensable un liderazgo
colectivo que permita reconstruir al país, a través de un Movimiento de
Movimientos, que logre la articulación
de una verdadera unión superior sin limitaciones ni discriminaciones, propugnando esta iniciativa desde todos los frentes, es decir, partidos políticos,
academias, gremios de cualquier sector, organizaciones no gubernamentales, frentes políticos variados que hacer el
ejercicio diario de examinar y desarrollar acciones de denuncia y operacionales
en beneficio de los pobres, de los estudiantes, de los presos políticos, etc.
Es la hora de aglutinar tantas agrupaciones y capacidades en un Frente Común
Colectivo. Un movimiento que pueda llamarse como se desee, pero que comprometa
a una misión de actores que sean una referencia para el venezolano, para los
líderes democráticos de la fuerza armada, para los gobiernos de los países
amigos y las instituciones democráticas.
El país, reclama respuesta y la necesidad de organizarnos de manera
innovadora, de precedentes históricos, y tiene el deber patriótico de restaurar
el Estado de Derecho en el país por la vía que sea necesaria, obligando a sus
representantes formales a declinar sus intereses personales o partidistas a la
necesidad nacional dentro del valor insustituible de la democracia, la dignidad
y de la voluntad popular para la preservación de la calidad de vida, de los
derechos humanos, la ética, la decencia y
el pluralismo. Para ello debemos tomar la iniciativa cuya agenda y
líneas de acción sean compatibles con la democracia y el deseo de tomar las
acciones necesarias para dar la cara a la sociedad y sus fuerzas emergentes,
diseñar una estrategia inteligente y plural, darle forma nacional y regional a
una fuerza unitaria verdadera que favorezca el cambio y les
diga a las fuerzas constituidas,
acá estamos, listos, con programas y metas de reconstrucción y de cambio.,
Es una tarea formidable, pero los
eufemismos terminan con la acción, solo se requiere acción colectiva para parar
la infamia de esta mal llamada revolución que no es más que una organización
criminal dispuesta a todo con tal de preservar el poder y su influencia
corrupta, Convoquemos urgentemente a un
gran movimiento con la participación de toda esta gente que lidera grupos,
frentes, partidos, gremios y organizaciones de variados y heterogéneos
objetivos, pero que todos coinciden en la necesidad de terminar esta tragedia
que ha conducido al país a destrucción y empobrecimiento dentro de un
autoritarismo comunista pasado de moda pero que no tiene límites para destruir
a los seres humanos que vivimos en este país.
Debemos adoptar todos los
mecanismos de lucha para la preservación de la democracia, de la salud del
venezolano y del rescate de la institucionalidad con la ayuda de fuerzas
internas que giran obligadas alrededor de un gobierno nefasto pero que todavía
tiene ética y valores y que están maniatados producto del chantaje y la
presión. Se deben dictar las pautas colectivas para un gobierno de cambio, de
gerencia plural, integrado con personas no comprometidas de gran proyección
nacional, y generar organizaciones regionales para difundir y alinear la
sinergia necesaria para el cambio, reunir a la experticia necesaria para lograr
el ordenamiento de planes y programas con una visión realista y de visión
democrática.
Ante la Transición necesaria para
desplazar de una vez por toda a un gobierno que no responde a los intereses
colectivos y nacionales requiere un barajo o renovación total, algo así como,
borrón y cuenta nueva, apalancado por grupos organizados que representen al
pueblo, a sus instituciones, y que un frente militar democrático también
deseoso de cambio los identifique a objeto de contribuir a ordenar el caos
bajo, nuevos enfoques y reconstrucción nacional
Esa motivación y de alcance
regional tiene que dar gran impulso a la calle, a la movilización efectiva y al
uso de un liderazgo oculto pero activo, despreciado, pero funcional, de ideas y
experiencias cuya consolidación darán pie para disponer de una estructura
colectiva renovada o vía alternativa, retadora, que ponga a disposición del
país un cuerpo verdaderamente unitario, fértil y ético para atender la
transición tal y como está planteada. Existen fórmulas de gobierno para la
transición y rescate del país, Es una obligación ciudadana frente al atropello,
el egoísmo y la corrupción.
Convoquemos entonces para empezar
este movimiento a un liderazgo emergente para tal fin a fin de construir una
gran red y un movimiento cívico a nivel nacional y regional con objetivos
claros y trabajemos urgentemente en ello.
diciembre de 2016.