Genaro Mosquera
Por muchos años, se ha denunciado de manera documentada las irregularidades del sistema electoral venezolano. Siete trabajos de investigación científica confirman con pruebas irrefutables que el gobierno venezolano incurrió en fraude en el Referéndum Revocatorio Presidencial del 2004. Estos trabajos han sido publicados en las dos revistas científicas más prestigiosas del mundo en materia de estadística matemática: The International Statistical Review y Statistical Science.
El informe concluye que, de los 9.789.637 votos emitidos en el 2004, aproximadamente 2.550.000 fueron “irregulares”, y afirma, que se estiman los verdaderos resultados electorales en un 56.4% de votos SI contra un 43.6% de votos NO, lo que contradice los resultados oficiales. A pesar de la campaña de propaganda del sector oficial y de muchos voceros de la oposición los cuales negaron que el gobierno haya manipulado los resultados electorales en 2004.
En el año 2006 afirmamos en un estudio sobre el Sistema Electoral publicado en: www.frentepatriotico.com decíamos: “Elsistema electoral venezolano tiene una serie de debilidades que determinaron un escenario de incertidumbre y de falta de confianza en el mismo”. Algunos de los primeros elementos que surgieron en aquel entonces pusieron en duda el crecimiento acelerado del Registro Electoral.
Estas inconsistencias fueron entonces analizadas a profundidad llegando el análisis de datos a nivel de municipios y se estudió el crecimiento demográfico, la mortalidad, natalidad y otras variables demográficas asociadas tales como: los registros del sistema de identidad nacional, el seguro social, registros efectivos de nacimientos y fallecidos y nacionalización de extranjeros. Ello puso en evidencias la baja calidad del registro electoral y ciertamente su impacto fue negativo para las elecciones y en consecuencia se clamó masivamente por una revisión de dicho Registro Electoral, lo cual obviamente fue desatendido por el órgano electoral, incluyendo algunos sectores de la oposición.
Independientemente de la opinión calificada sobre la inconsistencia del registro electoral, el CNE afinó su estrategia y procedió a la creación de nuevos centros de votación. Se precisó que, de un total de 4.673 centros de votación, fueron creados artificialmente 2.804 nuevos centros con votantes provenientes de los centros originales, muchos de ellos ubicados físicamente en el mismo centro de votación. De estos nuevos centros, 1.689 tuvieron una sola mesa y 1.115 con dos mesas. Existen otros elementos que se desprenden del análisis, y, en resumen, la realidad del sistema electoral venezolano hizo presumir absolutas inconsistencias en la data, cuyos reclamos no fueron atendidos y más grave aún, persisten en la actualidad.
Las elecciones del 26 de septiembre del 2010 revelaron que las cifras de inscritos en el Registro Electoral fue sospechosamente alta, Al sacar esta relación para el país encontramos que el 93% de la población mayor o igual a 18 años estaba inscrita en el RE y a nivel de Estados se observó que en todos ellos se inscribió más del 80% de su población, algo fuera de los parámetros estadísticos conocidos en muchos países democráticos Por tanto, resulta obvio que se oficializó la cifra de 18,7 millones de votantes de los cuales se concluye que sobraban entre 3 y 5 millones de votantes convenientemente distribuidos en más de 3.000 nuevos centros de votación.
Al buscar razones válidas para hacer crecer el registro electoral, aparece una premisa, “ello se hace para crear nuevos centros de votación, buena parte de ellos en lugares casi inaccesibles o en centros móviles, o ubicados en organismos oficiales incluyendo cuarteles militares. Adicionalmente, este crecimiento permitió unilateralmente crear nuevos circuitos electorales uniendo municipios de clase media con sectores populares de la población. Por otra parte, cuando se aprobó la Ley Orgánica de Procesos Electorales, en julio de 2009, se observó la supresión del sistema de representación proporcional que provocaría que el bloque político que acumulara poco más de la mitad de los votos, controlara casi la totalidad de la Asamblea Nacional y quedó claro que esa premisa se cumplió y el oficialismo se quedó con la mayoría de los diputados donde la oposición obtuvo 5.877.646 votos vs el oficialismo que obtuvo 5.451.422, es decir, que los primeros ganaron las elecciones con el 51,88% de los votos vs el 48,12 del oficialismo y paradójicamente el número de curules favoreció al gobierno con 98 diputados (59,39% frente a 67 diputados (40,61%).
Para las elecciones presidenciales del año 2012 el CNE informó oficialmente que según del Censo de Población organizado por el gobierno en el año 2011 la tasa de crecimiento interanual se ubicó en un 1,9 % y se concluyó que Venezuela tenía en aquellos entonces 27.150.095 habitantes. Al estimar la población con métodos demográficos se observó un crecimiento hipertrofiado del Registro ya que en una década el registro electoral pasó de 11,7 millones de electores a 19,1 millones para el año 2012.
Todas estas observaciones las contrarresta de forma continua el gobierno mediante una campaña publicitaria mediante la cual afirman sin rubor que el sistema electrónico de votar es en sí mismo confiable y el “mejor del mundo”,
En las elecciones presidenciales del mes de octubre de 2012, se confirmó el clima político polarizado y que siempre existió un plan muy claro del oficialismo de preservar el poder a toda costa, ello a pesar que los estudios revelaron:
1 1. La votación de millones de votantes presumiblemente inexistentes, pero se demostró que tienen nombre, dirección y número de cédula
2. La migración sigilosa e inconsulta de cientos de miles de votantes identificados como opositores a centros de votación remotos y/o inaccesibles
3. La coacción del votante, afirmando cuidadosamente que el gobierno pudo razonablemente determinar la dinámica del voto, incluso su intención, a través de la yuxtaposición intencional de las máquinas capta huellas y los mecanismos de pre-chequeo en un sistema computarizado bajo control del gobierno.
Un análisis de los resultados electorales del año 2012, con cifras oficiales del CNE permitió identificar aquellos centros en todo el país donde el oficialismo “ganó” con más del 95% de los votos, y abstención que era casi nula. Los resultados del análisis concluyeron que ello ocurrió en la identificación de los denominados Centros Claves Estos centros agruparon un total de 5.504 mesas de votación y representaron el 39% de un total de 14.034 CV.
Estos centros claves incluyeron nuevos centros los cuales fueron creados y se determinaron un total de 1.518. Estos Centros Claves (CC) representan nada menos que 3.048.182 votantes, es decir, 16,6% de la población electoral, suficiente para voltear los resultados electorales, de un registro de 18.312.906 votantes potenciales.
Como complemento del proceso, se realizó una investigación sobre la base de una muestra probabilística de 56 centros de votación críticos y se analizaron los resultados de las elecciones tomando como fuente el total mostrado por el CNE para cada uno de los centros muestreados los cuales informan su ubicación y los resultados por candidato presidencial incluyendo la diferencia entre el candidato oficial y el opositor.
Cuando se analiza estadísticamente la muestra la diferencia media entre los votos oficiales vs los votos opositores no tiene variabilidad significativa. Es decir, en la muestra y en una población de 5.504 se estima que la diferencia en uno y otro revela un valor constante de las diferencias donde el oficialismo tiene un valor constante de 66% vs 33%. De la oposición. Podría decirse, que si seleccionamos un Centro Clave al azar el gobierno gana con 6 votos contra 3 de la oposición de manera constante
Se observa una diferencia entre uno y otro, del 66%. Se confirma esta dinámica cuando al calcular la correlación lineal entre las dos variables el resultado es del 0,82 es decir, existe correlación positiva. En otras palabras, a una subida de un punto en la serie de datos oficiales se corresponde una subida de la serie de la oposición manteniendo constante la diferencia de un 33%.
Se concluye que los datos no tienen mayor dispersión, en efecto, al calcular las varianzas y hacer una prueba de hipótesis para analizar si no hay diferencias significativas en la variabilidad y aplicar la hipótesis de igualdad de varianzas con un nivel de significación del 5%. El valor del test de Fisher revela un resultado de 1.9756E-08 lo cual demuestra que no hay diferencias significativas en la variabilidad entre la distribución de los votos del gobierno y la oposición. Este parámetro nos está informando que los valores de la muestra tienen una extraña correspondencia, es decir, “bailan juntos” los resultados, preservando una diferencia constante a favor del oficialismo la cual es de un 66 % en cada muestra.
Se observa que la mayor parte de las muestras que a lo largo del país en los centros críticos muestreados siempre gana el oficialismo con una diferencia constante del 66% lo cual es difícil de comprender dada la gran variabilidad que debía existir entre centros electorales tan distantes y regados por el país.- Se deriva como conclusión que la muestra revela y permite hacer inferencias de que los resultados representaron una diferencia entre los dos candidatos de manera constante del 66% a favor del oficialismo vs 33% de la oposición. Esta diferencia no se puede explicar ya que es constante relativamente, no tiene variación significativa, es decir, los datos son homogéneos y existe una relación directa en cada centro de votación. Todo ello no es posible estadísticamente a menos que se asocien estos resultados a un algoritmo que obligue a que los resultados preserven esta diferencia constante 66-33. Se hacen entonces sospechosos los resultados electorales y son sinónimo de manipulación y obviamente de fraude.
Con este procedimiento no cabe la menor duda que estas elecciones las perdió el grupo opositor en los Centros Claves con una diferencia que se produjo en estos centros donde siempre se alertó de la manipulación electrónica de los datos. - Esta cifra extrañamente se parecen mucho a otras elecciones donde la diferencia se aproxima al millón ochocientas mil cifras mágicas para el gobierno.
Durante la elección presidencial del año 2013 adelantada por la desaparición de quien dirigía al país bajo la circunstancia que no vivimos en una democracia, ni siquiera en una autocracia, sino en un ambiente de autoritarismo-militarismo montado sobre un falso discurso socialista han venido practicando el fraude electoral continuo, por tanto, este instrumento fraudulento legitima al gobierno frente a terceros, el cual no dudó de manipular los resultados para preservar el poder por el poder, en otros términos, se llegó a un nuevo fraude electoral apoyado en el ventajismo gubernamental protegido por personeros oficialistas del CNE y de las instituciones públicas en general.- Entonces, el candidato opositor nunca pudo ganar bajo las condiciones adversas que fueron ignoradas las exigencias sobre la confiabilidad del sistema.
Efectivamente, en ese proceso electoral se identificaron signos claros de irregularidades de todo orden, desde el impedimento de ingresar a los centros de votación, a la práctica de auditorías incorrectas, a la intimidación abierta, a la intervención de la fuerza armada, listas de opositores, etc. etc. La realidad fue que el gobierno proclamó a su candidato a pesar que el candidato opositor mostraba una tendencia de horas en los escrutinios de haber ganado, pero a medianoche los resultados cambiaron dramáticamente y el resultado fue la proclamación de un presidente baja la sospecha de un gran cambiazo. Ello fue la confirmación dicho por nosotros que sería imposible ganar las elecciones de abril 2013, aun teniendo una mayoría de los votantes a su favor. Ante este panorama, el liderazgo de la oposición de alguna manera, tímida, por cierto, asumió que el Fraude fue real, pero despreció una emergente fuerza de cambio lo cual creó decepción de los votantes ante la imposibilidad de un cambio por la vía democrática.
Mientras tanto, tenemos un gobierno ilegitimo, reprimiendo y desarrollando una política dependiente de intereses particulares y de países supuestamente amigos o hasta colonialistas cuya dependencia interesada nos hace pasar por situaciones graves de penuria, escases y estrecheces que inevitablemente se volteará hacia sus ductores con consecuencias impredecibles, aunque intuidas por el hombre de a pie. -
Ante todo este panorama, se aproximan este año 2015 las elecciones parlamentarias inscritas dentro de parámetros electorales que no han cambiado en la estructura del sistema electoral, pero con el agravante que se tiene a una población sujeta a mecanismos de represión, sometida a bajos salarios, en un clima de hiperinflación ambientada en los , desbarajustes de las estructura económica y candidatos de ambos bandos listos a ser reelegidos a pesar su incompetencia en el ejercicio de sus funciones, acompañados de pocas caras nuevas muy escasas frente a una elección marcado por un conjunto de elementos del sistema electoral cuya estructura no ha cambiado, incluso perfeccionado y, nuevamente, se producirá el efecto de las elecciones parlamentarias del año 2010.
En efecto, el registro electoral continúo hipertrofiado, se han creado nuevos centros de votación, especialmente rurales y ubicados en lugares de difícil localización o incluso en zonas abiertamente oficialistas como son las sedes de la misión vivienda. Se han creado nuevos circuitos electorales bajo el esquema de la anulación del concepto democrático de eliminación del sistema de representación proporcional, traslado masivo de votantes a otros centros de votación, control de la fuerza armada como protectores del acto de votación, etc., todo ello, nuevamente provocará que el bloque político oficialista sacará menos votos nacionales que la oposición, cuestión casi obvia por la impopularidad medida del gobierno, pero la elección controlado permitirá que el oficialismo continuará controlando la Asamblea Nacional.
Debe quedar claro que esa premisa se cumplirá con 95% de probabilidad y que el oficialismo se quedará con la mayoría de los diputados aun cuando la oposición representada por la MUD y la avalancha de independientes que obraron por su cuenta serán significativamente disminuidos, por tanto, el número de curules favorecerá al gobierno en proporción de 6 de cada 10 diputados en una extraña maniobra donde algunos de los diputados opositores que son bien conocidos por su grado de colaboración con el gobierno, y además se da el caso que la mayoría de ellos son repitientes y están listos para replicar su papel anterior. Entonces, continuaremos con un sistema fraudulento reconocido por la oposición lo cual permitirá legitimar una mascarada de democracia sustentada en el autoritarismo funcionando en un entorno de debacle socio económico que no predice nada bueno para el país y su población.
Etiquetas: Elecciones Parlamentarias 2015, Genaro
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