Genaro Mosquera
La tragedia venezolana se potencia cada día, la represión se acentúa, y las definiciones para resolverla se concentran en espacios cerrados. Deliberaciones, foros, encuentros virtuales y planteamientos absolutamente razonables comienzan a tomar forma, pero tienen como enemigo al tiempo. Independientemente de ello, el régimen despliega su brutal esquema de control, se aprovecha de la pandemia, cerca de los opositores, estrangula con medidas absurdas a la población, se burla de las restricciones internacionales y somete a las personas a sus caprichos mientras su mano izquierda fortalece la protección de los invasores, facilitan su despliegue militar, y estimulan el aprovechamiento ilegal de los recursos, protege las acciones ilícitas e incluso tiene el tupé de entregar parte del territorio fronterizo al control paramilitar de quienes desafían la legalidad, promueven el crimen y el narcotráfico.
La dirigencia desagregada y con
objetivos encontrados se debate entre la formalidad inútil, y el sustento de
sus decisiones bajo incertidumbre basadas en esquemas leguleyos, y por
supuesto, en desventaja frente al régimen usurpador que sataniza y se burla de
ellos. Como consecuencia la ausencia de decisiones certeras pierden la confianza de la población, se
despegan de su militancia, se dividen tolerando la estrategia del usurpador, lo
toleran, se hacen participes de una relación inútil con quien los maltrata y
finalmente no resuelven, incluso pierden su condición de liderazgo licito por
esa falta de decisiones donde la prioritaria debería ser echar al usurpador y
privilegiar las acciones de fuerza, absolutamente necesarias ante la presencia
de un secuestro-país, y la decisión frustrada por el temor infundado de pedir formalmente la
intervención militar prevista en el denominado TIAR.
La dirigencia agrupada en
intereses basados en sus propia burbuja es excluida por los dueños de la
supuesta legalidad, se debaten en un escenario caótico y contradictorio, sin
embargo la gravedad de la situación hace
que núcleos de verdaderos opositores con la bandera de la resistencia comienzan
a agruparse como sociedad civil organizada, y es quien está dando la cara con
un liderazgo natural que crece paulatinamente como producto de sus iniciativas,
denuncias, relaciones y conocimiento de la problemática política, enmarcada en la visión integral de país. Esta
dirigencia emergente desarrolla esquemas que pretenden una unidad imposible de
lograr ante la diversidad de objetivos particulares, más bien producto de
métodos en conflicto y que producen obstáculos ente los reclamos.
Formulas electorales ilícitas son
rechazadas y la matriz de opinión sustentada en la opinión internacional pone
de manifiesto la trampa electoral en marcha. Frente a ello, surgen propuestas
en la búsqueda de líderes de la coyuntura que existen, son visibles, pero que
son condicionados para ejercer sus acciones por elementos teóricos previos para
su validación por la vía electoral con métodos electrónicos. Eso en realidad es
válido, pero pragmáticamente no es posible y además tiene por delante un muro
de tiempo amenazador. Otros grupos sugieren mecanismos electorales conducidos
por organismos internacionales en una consulta global para validar la
ilegalidad de la usurpación, así mismo la opinión para la representación formal
y su argumentación está basada como ariete para desestabilizar al régimen. Otra
vez los recursos y el tiempo conspiran con ese enfoque. Por qué se le tiene
miedo a que personas de gran valía experimentados asuman su papel ciudadano
ante la emergencia y permitiría acompañar a la estructura legal de un gobierno
interino reconocido y de esa manera reforzar la estructura orgánica un gobierno
de emergencia. Por qué se le tiene miedo a designar a un Consejo Federal de
Gobierno, sustentado en bases constitucionales para que los representantes de
los múltiples grupos organizados sugieran su integración a partir de sus
propios liderazgos naturales que permanentemente dan la cara y denuncian la
atrocidad de la dictadura. Obviamente este esquema tiene debilidades formales,
pero es que el enemigo no respeta nada, actúa como un pistolero en un entorno
criminal y de secuestro de la gente.
La emergencia natural requiere y
no es redundante de medidas de emergencia, construida sobre la base de un Pacto
Social suscrito por sus líderes. Es acaso
tan difícil que organismos calificados y democráticos tomen la
iniciativa de convocar a una docena de personalidades que se han opuesto al
régimen con actitud valiente, de conocimiento
experiencia y competencia sobre la base de un acuerdo o pacto puedan
entrar como voceros acompañantes de un gobierno de emergencia donde el Consejo
de Gobierno integrado igualmente por personalidades procedentes de la sociedad
civil organizada apoye el desarrollo necesario de la construcción nacional y
esquematice las líneas maestras de las acciones necesarias para recuperar
sectorialmente al país. Nadie niega la visión legalista de validar
orgánicamente un liderazgo, pero ante las circunstancias del país, parece una
utopía ante el avance sin pausa del régimen que créanlo o no, está debilitado,
mareado e impotente, pero se aferra al poder con fuerza comprometida porque
sabe lo que los espera, demos el empujón necesario para que ocurra.
La validación de un liderazgo
nuevo es una tesis correcta, sin embargo el tiempo limita la acción, ciudadanos
íntegros cuyas iniciativas son poderosas deben actuar no solo como producto de consultas populares que lo
confirmen, sino que incluso
comprende la consulta global y actúen de
manera licita, pero este esquema no criticable levanta un muro que les limita
su actuación, y en consecuencia cede ante el poder de la dictadura que divide,
y los estruja, los hace hacerlos inoperantes echando mano a la represión y la
descalificación.
En realidad, el régimen despliega
sus habilidades, avanza sistemáticamente corrompiendo y lavando el cerebro a
los que muestran inconsistencia en sus decisiones, y hace muy clara su
estrategia de ir a unas elecciones ilegitimas de parlamentarios cuya estructura
tendrá un premio de consolación para un pequeño grupo que serán designados como
diputados los cuales actúan en convivencia con la mayoría de los esbirros del
régimen. Ellos van a pregonar brutalmente los humillantes resultados
electorales, y va a resaltar que estimularon el derecho al voto dentro de los
esquemas del socialismo democrático para pregonar que actúan dentro los cañones
de la condición democrática, y lograr de una vez terminar con la Asamblea
Nacional actual y su gobierno de emergencia. Esa será la resultante de la
franca incapacidad de los parlamentarios actuales de tomar las decisiones
correctas. Si se cumplen los plazos ilícitos de las elecciones parlamentarias
se desarticulará al gobierno interino cercenando a la Asamblea y sustituida,
por otra, electa ilícitamente, la cual
será mostrada como trofeo democrático para perpetuar el poder de la
dictadura.
Es cada vez más urgente asumir el poder ciudadano, adoptar los
métodos más democráticos para validar la representación de los lideres
emergentes en la conformación de un Consejo de Gobierno que apoye al jefe del
estado interino, que permita dar estructura formal a los responsables de las
áreas estratégicas y que finalmente incorpore a la mayor cantidad posible a
representantes de la organización social, cualquiera sea su forma, al Consejo
Federal de Gobierno, lo cual potenciará al gobierno interino con la debida
competencia y la administración adecuada de los recursos que ya comienzan a
fluir como consecuencia de la ayuda internacional y el apoderamiento de los
grandes capitales sustraídos a la república por parte del crimen organizado.
La reconstrucción de país tiene
prioridades inaplazables, no es posible mantener a una población hambreada,
falta de recursos con los niveles de ingreso relativamente cero, sin un sistema
de salud que les permita sobrevivir del coronavirus el cual crece vertiginosa y
peligrosamente. Abrir las actividades económicas de alguna manera que permita
el flujo de recursos adecuados para remunerar al trabajo dentro de la
correlación con los costos dolarizados y especulativos. No se puede tolerar más
y dejar que los menos dotados aguanten la tormenta y los que son algo más
fortalecidos pugnen por salir del país a como dé lugar buscando un dorado en el
exterior que no existe.
La rebelión está en marcha, pero
tiene que ser soportada por los líderes más competentes del país con su
vocación ciudadana y no entreguista, si no se hace, el enemigo celebrara su
triunfo sobre los cadáveres de miles de personas y el fortalecimiento de crimen
internacional y de la estimulación de la desestabilización continental bajo el
esquema de quiebra del sistema democrático continental.
Es doloroso observar como el
fenómeno político no solo ha impactado las variables económicas y sociales,
sino el efecto en la juventud, de los niños famélicos, no solo por falta de
alimentación adecuada, sino el impedimento educativo. Ese segmento está creando
un ejército de marginales que se unirán a los jóvenes que fueron arrastrados
por la revolución a una formación ficticia que los hace aparecer con un diploma
de competencia inútil. Estamos hablando de millones de personas en esta
condición lo cual impactará de manera formidables a un gobierno de emergencia
si el egoísmo y la falta de visión y decisiones logra imponerse.
Estos temas tienen que ser
abordados con seriedad por el gobierno de emergencia, y en un grado superlativo
para tener la esperanza de reconstruir al país cuyo futuro se dirige a un
escenario de incertidumbre donde la racionalidad y la confianza debe imponerse
antes de perder definitivamente al país ,tal y como ocurre, usando el peor
ejemplo, la cuba comunista que tiene al pueblo humillado, amaestrado y sometido
prácticamente a la esclavitud.
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