miércoles, 30 de noviembre de 2022

EL PROGRESISMO Y EL NUEVO HOMBRE

 

EL PROGRESISMO Y EL NUEVO HOMBRE

Genaro Mosquera



 

Las grandes corporaciones y los estados se han aliado en un socialismo disfrazado de capitalismo salvaje.  Lo están practicando para acabar con las libertades de todos nosotros, los simples mortales que no somos ni ricos, ni poderosos. Ellos esgrimen las nuevas banderas sociales: feminismo, racismo, indigenismo, sostenibilidad; estimulan la práctica del sexo libre entre semejantes, el derecho al aborto, la negación al culto religioso y como si fuera poco, estimulan las grandes migraciones masivas destinadas a desestabilizar a la población de países enteros. Todas estas acciones tienen el apoyo de grandes compañías de la comunicación y muchas de esas acciones se transforman en políticas públicas de gobiernos populistas o autoritarios.

 Existen dos sectores que saldrán con las manos llenas: los Estados socialistas y las grandes Corporaciones que sustituyeron con creces a las viejas transnacionales que son ahora pequeñas empresas. Los primeros podrán cobrar nuevos impuestos ecológicos y sustentar su poder financiero sin límites dentro de un entorno de corrupción; las segundas, serán las grandes receptoras de subsidios y ayudas oficiales para acabar aparentemente con una buena excusa, el calentamiento global, y el cambio climático, obviamente, sin mencionar los grandes monopolios que se adjudicarán los derechos de participar en tan codiciosa oferta financiera.

Las mentes denominadas a sí mismas progresistas han montado una campaña que contribuye al deterioro demográfico, es decir acabar con la clase media, limitar las tasas de natalidad, potenciar las de morbilidad para los adultos mayores, estos últimos sumidos en el potencial miedo de optar por la eutanasia. Es evidente que los grandes capitales y los tiranos populistas coinciden en mostrarnos que el gran problema de la actualidad somos nosotros mismos, nos echan la culpa de procrear muchos hijos. Desarrollan la política de exterminación con los objetivos de disponer de un mundo despoblado, de aislamiento personal y de seres manipulados mediante un rediseño con ayuda de la inteligencia artificial y convertir al ser humano en un nuevo hombre

Dentro de ese marco de influenciadores del capitalismo más salvaje conocido adoptado por regímenes dictatoriales o autoritarios están centrados en un mensaje socialista. Sus dirigentes manipulan las estrategias del globalismo dentro de los parámetros fundamentales de destrucción de un segmento importante de la humanidad para erigir al nuevo hombre, global, sin fronteras donde cada gobernante local es parte de la comparsa del verdadero poder mundial montado en la más alta montaña de recursos financieros que crece de manera exponencial día por día.

Localmente la autocracia ha cambiado, para lograr sus propósitos ha canjeado la guerrilla, y las armas por elecciones controladas, el mensaje marxista lo ha potenciado con el coro de los partidos socialistas, los procesos acompañados de la gran pantalla de mensajes revolucionarios y propone falsos derechos democráticas. Mediante un conjunto de estrategias aseguran la continuidad del poder. Con esas herramientas en mano destinadas no solo para eternizarse en el poder manipulan las Constituciones y las cambian de acuerdo a sus intereses, siempre listos para poner en práctica la acción constituyente creada a la conveniencia de los intereses anteriormente manifestados. La estrategia para esos propósitos va más allá de los electorales cuyo control es manifiesto, esencialmente con un argumento igualitario es la de eliminar a la clase media donde sus integrantes en posesión de una educación competitive la llaman despreciativamente educación capitalista sustentada en indicadores de la cultura occidental. Los someten a la ausencia de empleos, salarios miserables y mal ambiente en sus prácticas sociales las cuales combaten de manera violenta. El efecto indirecto determina que emigren a ambientes mejor adaptados al ejercicio de sus actividades en un entorno de relativas libertades. La consecuencia es un vacío sofocante a la capacidad laboral e intelectual de la diáspora.  Las estrategias oficialistas son fortalecidas en el tiempo por los efectos del proletariado que copia sus aspiraciones y del lenguaje revolucionario para buscar de manera oportunista mejores condiciones de sus actividades.

En el país queda entonces una población madura que no tiene oportunidades como consecuencia de su vencimiento vital, aunque tenga condiciones intelectuales, y queda subordinado a miseras pensiones que lo ubican en la frontera del hambre, limitaciones a la calidad de vida, incluso a la muerte prematura,

La estrategia globalista, centra su acción perturbadora en un proletariado a quienes ha sembrado la idea falso positiva de igualdad, estimulan la baja formación educativa y lo más importante, les deja hacer, es decir, le otorgan por la vía de hecho la permisividad de violar leyes y reglamentos, incluso las más elementales normas de urbanidad y convivencia. Los estimula al consumismo dentro de sus propias viviendas improvisadas cuyos servicios son gratis,  les proporciona comida, bonos a granel y estímulos económicos reiterados, pero miserables que son tomados con gran algarabía, pero lo más importante estimulan el desarrollo  de oficios elementales de cualquier tipo de servicio cuyos emolumentos ellos mismos fijan arbitrariamente y sin conocimiento de lo que vale una divisa y lo manejan con soltura especulativa, El resultado es el asalto a la escasa clase media, a los jubilados con su carga de miseria. Despliegan orgullo nacionalista, petulancia del nuevo rico sobre la base de obtener con esas actividades cuatro o cinco veces el salario mínimo, es decir, se sienten ricos, orgullosos, faramalleros, visten a la moda y se divierten incluso perversamente sin límites a la moral y las buenas costumbres.

Mientras esta nueva estructura demográfica desdibuja a un país y a sus ciudadanos  influenciados por el aporte cultural de chinos, rusos, iraníes, sirios, libaneses y cubanos, el país portátil se desvanece y surge otro susceptible de los lineamientos globalistas acompañados de destrucción  de la moral y de la ética patrocinada por la corrupción creciente y el narcotráfico, la vida fácil, la ostentación de los dirigentes enriquecidos  que actúan como expertos financieros en inversiones y lavado de dinero producto de la corrupción de origen..

Esta estructura demográfica campo fértil no solo para la dirigencia de un estado sino de los partidos de oposición los cuales no tienen representatividad y ausentes de militancia son financiados por el progresismo y las cuotas financieras del Estado. Se arrodillan ante tales desaguisados y dicen favorecer los procesos democráticos induciendo elecciones amañadas y que siempre van a perder, pero que les garantiza una cierta cuota del pastel y obviamente, todos felices  y  pregonan la transparencia ante  la pobreza generalizada montada sobre un escenario sobrecargado de mentiras con la etiqueta de opositores cuando en realidad son cómplices y pregonan la afirmación generalizada de que hay  ser muy  pendejo para no apoyar un gobierno que se ha legitimado y que en esa condición les favorece y, de paso, se burlan de la narrativa internacional formal, que al final solo apoya al régimen al margen de despreciar el ordenamiento legal internacional y nacional que no existe sino en las hojas amarillas de estatutos que en realidad no lo son.

Ese panorama dibujado a mano suelta requiere mejor comprobación para su validación, pero es inútil que las universidades dadas a soportar su filosofía en los procesos de investigación nada investiga sobre esta problemática o no está dispuesta a revelar esta fotografía de manera objetiva investigando como  es la nueva demografía venezolana, incluso latinoamericana del nuevo hombre y de la patria grande, este último eslogan innombrable de los dirigentes que cuadran perfectamente con los intereses del  capitalismo salvaje de los progres que contribuyen con la protección de sus propios intereses. y se han convertido en personajes extraídos de una novela de terror que ilustran la llamada revolución del siglo XXI.

Toda la narrativa nos estimula al cambio, no es posible tanta ignominia y pérdida de libertad, la nación requiere de ciudadanos y de ciudadanía que recuperen la sindéresis y el espíritu democrático de los pueblos, de la reconstrucción de sus organizaciones, de perfeccionar los sistemas electorales e incluso de mejorar su propia conducta, todo un reto contemporáneo.

 

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