EL
PROGRESISMO Y EL NUEVO HOMBRE
Genaro
Mosquera
Las
grandes corporaciones y los estados se han aliado en un socialismo disfrazado
de capitalismo salvaje. Lo están
practicando para acabar con las libertades de todos nosotros, los simples mortales
que no somos ni ricos, ni poderosos. Ellos esgrimen las nuevas banderas
sociales: feminismo, racismo, indigenismo, sostenibilidad; estimulan la
práctica del sexo libre entre semejantes, el derecho al aborto, la negación al
culto religioso y como si fuera poco, estimulan las grandes migraciones masivas
destinadas a desestabilizar a la población de países enteros. Todas estas
acciones tienen el apoyo de grandes compañías de la comunicación y muchas de
esas acciones se transforman en políticas públicas de gobiernos populistas o
autoritarios.
Las mentes denominadas a sí mismas progresistas han montado una campaña que contribuye al deterioro demográfico, es decir acabar con la clase media, limitar las tasas de natalidad, potenciar las de morbilidad para los adultos mayores, estos últimos sumidos en el potencial miedo de optar por la eutanasia. Es evidente que los grandes capitales y los tiranos populistas coinciden en mostrarnos que el gran problema de la actualidad somos nosotros mismos, nos echan la culpa de procrear muchos hijos. Desarrollan la política de exterminación con los objetivos de disponer de un mundo despoblado, de aislamiento personal y de seres manipulados mediante un rediseño con ayuda de la inteligencia artificial y convertir al ser humano en un nuevo hombre
Dentro de ese marco de influenciadores del capitalismo más salvaje conocido adoptado por regímenes dictatoriales o autoritarios están centrados en un mensaje socialista. Sus dirigentes manipulan las estrategias del globalismo dentro de los parámetros fundamentales de destrucción de un segmento importante de la humanidad para erigir al nuevo hombre, global, sin fronteras donde cada gobernante local es parte de la comparsa del verdadero poder mundial montado en la más alta montaña de recursos financieros que crece de manera exponencial día por día.
Localmente
la autocracia ha cambiado, para lograr sus propósitos ha canjeado la guerrilla,
y las armas por elecciones controladas, el mensaje marxista lo ha potenciado
con el coro de los partidos socialistas, los procesos acompañados de la gran
pantalla de mensajes revolucionarios y propone falsos derechos democráticas.
Mediante un conjunto de estrategias aseguran la continuidad del poder. Con esas
herramientas en mano destinadas no solo para eternizarse en el poder manipulan
las Constituciones y las cambian de acuerdo a sus intereses, siempre listos
para poner en práctica la acción constituyente creada a la conveniencia de los
intereses anteriormente manifestados. La estrategia para esos propósitos va más
allá de los electorales cuyo control es manifiesto, esencialmente con un
argumento igualitario es la de eliminar a la clase media donde sus integrantes
en posesión de una educación competitive la llaman despreciativamente educación
capitalista sustentada en indicadores de la cultura occidental. Los someten a
la ausencia de empleos, salarios miserables y mal ambiente en sus prácticas
sociales las cuales combaten de manera violenta. El efecto indirecto determina
que emigren a ambientes mejor adaptados al ejercicio de sus actividades en un
entorno de relativas libertades. La consecuencia es un vacío sofocante a la
capacidad laboral e intelectual de la diáspora.
Las estrategias oficialistas son fortalecidas en el tiempo por los
efectos del proletariado que copia sus aspiraciones y del lenguaje
revolucionario para buscar de manera oportunista mejores condiciones de sus
actividades.
En
el país queda entonces una población madura que no tiene oportunidades como
consecuencia de su vencimiento vital, aunque tenga condiciones intelectuales, y
queda subordinado a miseras pensiones que lo ubican en la frontera del hambre,
limitaciones a la calidad de vida, incluso a la muerte prematura,
La
estrategia globalista, centra su acción perturbadora en un proletariado a
quienes ha sembrado la idea falso positiva de igualdad, estimulan la baja
formación educativa y lo más importante, les deja hacer, es decir, le otorgan
por la vía de hecho la permisividad de violar leyes y reglamentos, incluso las más
elementales normas de urbanidad y convivencia. Los estimula al consumismo
dentro de sus propias viviendas improvisadas cuyos servicios son gratis, les proporciona comida, bonos a granel y
estímulos económicos reiterados, pero miserables que son tomados con gran
algarabía, pero lo más importante estimulan el desarrollo de oficios elementales de cualquier tipo de
servicio cuyos emolumentos ellos mismos fijan arbitrariamente y sin
conocimiento de lo que vale una divisa y lo manejan con soltura especulativa, El
resultado es el asalto a la escasa clase media, a los jubilados con su carga de
miseria. Despliegan orgullo nacionalista, petulancia del nuevo rico sobre la
base de obtener con esas actividades cuatro o cinco veces el salario mínimo, es
decir, se sienten ricos, orgullosos, faramalleros, visten a la moda y se
divierten incluso perversamente sin límites a la moral y las buenas costumbres.
Mientras
esta nueva estructura demográfica desdibuja a un país y a sus ciudadanos influenciados por el aporte cultural de
chinos, rusos, iraníes, sirios, libaneses y cubanos, el país portátil se
desvanece y surge otro susceptible de los lineamientos globalistas acompañados
de destrucción de la moral y de la ética
patrocinada por la corrupción creciente y el narcotráfico, la vida fácil, la
ostentación de los dirigentes enriquecidos
que actúan como expertos financieros en inversiones y lavado de dinero
producto de la corrupción de origen..
Esta
estructura demográfica campo fértil no solo para la dirigencia de un estado
sino de los partidos de oposición los cuales no tienen representatividad y
ausentes de militancia son financiados por el progresismo y las cuotas
financieras del Estado. Se arrodillan ante tales desaguisados y dicen favorecer
los procesos democráticos induciendo elecciones amañadas y que siempre van a
perder, pero que les garantiza una cierta cuota del pastel y obviamente, todos
felices y pregonan la transparencia ante la pobreza generalizada montada sobre un
escenario sobrecargado de mentiras con la etiqueta de opositores cuando en
realidad son cómplices y pregonan la afirmación generalizada de que hay ser muy
pendejo para no apoyar un gobierno que se ha legitimado y que en esa
condición les favorece y, de paso, se burlan de la narrativa internacional
formal, que al final solo apoya al régimen al margen de despreciar el
ordenamiento legal internacional y nacional que no existe sino en las hojas
amarillas de estatutos que en realidad no lo son.
Ese
panorama dibujado a mano suelta requiere mejor comprobación para su validación,
pero es inútil que las universidades dadas a soportar su filosofía en los
procesos de investigación nada investiga sobre esta problemática o no está
dispuesta a revelar esta fotografía de manera objetiva investigando como es la nueva demografía venezolana, incluso
latinoamericana del nuevo hombre y de la patria grande, este último eslogan
innombrable de los dirigentes que cuadran perfectamente con los intereses
del capitalismo salvaje de los progres
que contribuyen con la protección de sus propios intereses. y se han convertido
en personajes extraídos de una novela de terror que ilustran la llamada
revolución del siglo XXI.
Toda
la narrativa nos estimula al cambio, no es posible tanta ignominia y pérdida de
libertad, la nación requiere de ciudadanos y de ciudadanía que recuperen la
sindéresis y el espíritu democrático de los pueblos, de la reconstrucción de
sus organizaciones, de perfeccionar los sistemas electorales e incluso de
mejorar su propia conducta, todo un reto contemporáneo.
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