SINRAZON
Y RAZON DE LAS ELECCIONES UNIVERSITARIAS
Genaro Mosquera C
La universidad pública venezolana
está sustentada en el principio de la autonomía, es decir, en el derecho
inalienable de elegir a sus autoridades, auto gobernarse y conducir los
procesos de enseñanza e investigación de manera independiente y plural, apoyada
con los recursos asignados por el Estado, y adicionalmente, por los recursos
generados obtenidos de sus propios procesos de investigación, extensión e
innovación.
La universidad siempre ha
sido combativa a favor de la libertad,
cultura, pluralidad y paz, ha impedido con
las acciones de su comunidad el apoderamiento de las universidades autónomas
frente a la anti autonómica actitud del régimen. La estrategia oficial como
alternativa provisional orientó sus objetivos a la intervención de las universidades
experimentales y de los Institutos Universitarios de Tecnología, de tal manera
que logró su control e inició una suerte de diversificación educativa con la
creación de centros de estudios masivos mediante un modelo populista y
demagógico caracterizado como una oferta
engañosa y de carácter proselitista cuyo producto final son estudiantes ideologizados
que salen del sistema sin ninguna competencia profesional.
La presión y los diferentes mecanismos
de apoderamiento oficial ejercida por el Tribunal Supremo de Justicia cambió
las reglas de juego para la elección de las autoridades universitarias las cuales se opusieron a la medida con
declaraciones basadas en su esencia por el discurso y defensa de la autonomía
universitaria, la preservación de la paz y el cambio del sistema electoral introduciendo inútiles recursos legales contra
las pretensiones del régimen.
En once años no se han hecho elecciones de autoridades universitarias cuyo periodo ha
vencido después de cuatro años de gestión formal y permanecen en sus cargos ya
por muchos años de desgaste y perdida de auroritas, independientemente del
deterioro de la infraestructura física y
académica, condicionada por las restricciones financieras y el consecuente
éxodo de más de la mitad de la fuerza docente, de investigación y la merma
estudiantil que ya alcanza iguales proporciones.
Las autoridades
universitarias para lograr la supervivencia institucional han hecho concesiones
al régimen aceptando las decisiones del Consejo Nacional de Universidades (CNU)
y ha intercambiado regularmente la
formalidad administrativa y académica con los ministros de turno y con
las autoridades del partido de gobierno a través de cuestionadas reuniones con los dirigentes del
régimen a cambio de su presunta estabilidad y de permitir el funcionamiento
universitario con presupuestos mermados los cuales han tenido el efecto directo
de ir degradando a la institución, debilitando al cuerpo docente el cual se ve
sometido a una política salarial miserable, que los obliga a la deserción, y deterioro
de su decoro personal y profesional. Los gremios hicieron de la merma salarial
una bandera y pregonan sistemáticamente
las justas reivindicaciones usando los tradicionales paros y manifestaciones
públicas, emitiendo regularmente los comunicados de rigor los cuales son
desoídos por el régimen cuyos objetivos opuestos son los de reducir y controlar
la universidad.
Las autoridades
universitarias no han estimulado la convocatoria a las elecciones de sus periodos ya vencidos por
años bajo el falso argumento de la
aplicación de multas y penas dictadas por el Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ) que supuestamente les impondría por desacato a una irrita
sentencia violatoria de la Constitución y la Ley de Universidades Esta sentencia ha sido cuestionada
públicamente por ilegitima y anticonstitucional, en consecuencia las autoridades han ocurrido inútilmente a
la vía jurídica oponiéndose a la presunta
ilegalidad de las restricciones impuestas para la celebración de
elecciones de sus autoridades, sin embargo, han acatando la medida y permanecen
en sus cargos. Se han visto obligados ante la renuncia de algunos decanos y
directores de escuela a reemplazarlos
por suplentes en cuestionados procedimientos.
Esta actitud ha permitido que mantengan una relación de convivencia con
el régimen poniendo como excusa el funcionamiento precario del el sistema
universitario. No obstante y en contraste, los estudiantes siempre contestatarios
celebran regularmente sus elecciones, retan permanentemente el régimen eligiendo libremente a sus
representantes en los centros estudiantiles y
federaciones universitarias de acuerdo a los términos autónomos del
reglamento electoral de la universidad y,
en loable actitud combativa ejercen la
acción de denuncia y defensa pública de la democracia y lógicamente universitaria,
por ello, tienen voz trascendente en el pueblo.
Buen ejemplo el de los
estudiantes en el ejercicio de la autonomía universitaria que las autoridades deberían replicar y
acompañar a la comunidad universitaria en su deseo de cambio de autoridades. Estas muestran evidente
cansancio y escasa efectividad en sus funciones, ya es hora de un cambio
importante por otras autoridades relevantes y comprometidas que permitan un
enfoque nuevo del sistema universitario para intentar recuperar su misión y
simultáneamente reflejar al país la
resistencia a un modelo de gobierno absolutamente contrario a los valores
universitarios.
El mensaje subyacente
derivado de la última Asamblea celebrada en el aula magna de la Universidad
Central fue la postura correcta de
proponer que solo se elegirán autoridades con la reglamentación derivada de la
Ley de Universidades. Esa posición de principios es necesaria ponerla de
manifiesto y concretarla para celebrar
inmediatamente elecciones, sin embargo esto requiere un cambio de conducta de
las autoridades universitarias ya que si no la asumen seguirán en los cargos en
actitud pasiva hasta que se instale un nuevo gobierno o cambie el modelo
político.
Los discursos leídos en el
evento mencionado no tuvieron sentido
trascendente dentro de la perspectiva de
cambio que pide el país y de la revisión integral que necesidades de la educación superior tales como: la reforma de los
instrumentos legales, cambio en la estructura de la organización y reorganización
de las universidades existentes cuyas funciones son redundantes e improvisadas,
la calidad educativa de profesionales mal preparados y sin competencias
adecuadas, la necesidad de resolver el tema fundamental relativa a la ausencia
de profesores e investigadores
calificados que abandonaron la
universidad y a sus discípulos forzados por la precaria vida profesional y
familiar a la cual se han sido sometido por años.
La comunidad universitaria
exige salarios dignos, un gobierno legítimo y una universidad en manos de
autoridades comprometidas con el cambio. Deseamos ver a una universidad combativa que rete a la
usurpación, se oponga con fuerza a decisiones ilegales y que celebren
elecciones de sus autoridades de una vez por todas antes del mes de febrero del
próximo año ajustándose a la Constitución, las Leyes, y a nuestros reglamentos autónomos. Proceso este
que debe ser conducido valientemente por la respectiva Comisión Electoral
Deseamos una universidad,
que se pronuncie contra el hambre, la depauperación a la cual ha sido sometida
la población y su propia comunidad, que haga la denuncia objetiva y verdadera y
fije las pautas rectoras para una Venezuela mejor. Una universidad que sea
reflejo de la esperanza de cambio que tenemos los venezolanos.
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