La eterna controversia
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November 14, 20
Es sorprendente la conducta del venezolano de la diáspora en
Norteamérica, que en general ha transferido su sentir ideológico a esa parte
del continente, tomando parte en la diatriba entre los partidos Republicano y
Demócrata, asociando a esas divisas una posición conservadora y a la otra,
condición aparentemente socialista. La postura se ha hecho viral y ha dado lugar
a la eterna controversia entre ambos extremos, pero lo hacen por lo general sin
comprender adecuadamente la cultura norteamericana y menos aún su sistema
electoral; simplemente, muchos de ellos, asumen opinión cuyas expresiones
públicas los hace sensibles negativamente a la comunidad local, incluso a los
representantes de las instituciones democráticas de ese país.
El elemento a discernir está centrado en lo que los
socialistas denominados cínicamente progresistas vienen practicando con visión
interesada, enfrentando a los que no lo son porque suponen defender al “odioso
capitalismo”. Otros, moderados aparentemente, manejan el argumento de la
necesidad de un modelo político intermedio con el fin de evadir la controversia
manejando la vieja estrategia de ir a un sistema de gobierno socialista de
centro.
A estos argumentos los elementos opuestos ripostan que la
política socialista es complaciente con las dictaduras de la región, sopesando
que la misma favorece el apoderamiento del comunismo en su fase más activa de
expansión en las Américas, afectando a los países democráticos, imponiendo los
intereses globalistas, destacando el tema de los intereses económicos y
financieros del cual se nutren y los vinculan con el terrorismo, al crimen
organizado y a los gobiernos antidemocráticos de la región los cuales van de la
mano a la galopante corrupción, y a las estrategias de aprovechamiento
económico.
La discusión lleva al problema central de una posición
polarizada inducida por los “progress”, la cual constituye uno de los puntos
más destacados de la agenda socialista, orientada imponer la tesis más nueva de
un socialismo disfrazado de progresismo. De lo que se trata, entre otras cosas,
es de exacerbar las acciones desestabilizadoras aparentemente democráticas de
grupos de activistas cuyas acciones son financiadas y estimuladas en las redes
sociales, confundiendo a los cotidianos lectores, quienes por lo general ahora
dudan de los argumentos de ambos lados tras discusiones aireadas e inútiles
creando el clima adecuado para contribuir del lado socialista a imponer sus
objetivos.
En general, las corrientes de opinión administradas por las
grandes cadenas audiovisuales y fundaciones, comprometidas con el movimiento
globalista, divulgan por adelantado la potencial ganancia de los demócratas en
las elecciones norteamericanas afirmando con vehemencia, e interesadamente, que
el gobierno republicano es representativo del capitalismo más extremo,
desprestigiando públicamente al presidente de la nación, y que es un peligro su
continuidad en el poder, al efecto, se está dando una gran batalla con relación
a los resultados de dichas elecciones, alimentadas por las fallas detectadas en
los procedimientos electorales, los cuales han puesto en peligro al propio
sistema democrático ante la potencial invasión de intereses extraños en el
pastel electoral.
El tema se profundiza cuando se rompe el mito de la verdad,
fundamento de la sociedad norteamericana al estimular falsas verdades
pregonadas por los grandes medios de comunicación, que ahora se arrogan el
poder de proclamar los resultados electorales frente a un conjunto de anomalías
que han sido ya denunciadas masivamente, y la comprobación de irregularidades
tales como las deficiencias de los sistemas informáticos puestas de manifiesto
a través la operación de empresas cuestionadas mundialmente y modelos
científicos de comprobación, como por ejemplo la aplicación de la Ley de
Benford https://gnews.org/534248/, que anuncian las irregularidades en la
votación en varios estados de la unión.
Hubo frecuentes denuncias de cómo se cambiaron la fecha en
los sobres de votación por correo, la votación de cientos de miles de personas
fallecidas, la pérdida y secuestro de boletas en el correo, dudas en el manejo
de la data, y la participación de empresas de apoyo logístico propiedad de
relevantes dirigentes de los denominados grupos globalistas. Incluso, las
auditorías ponen de manifiesto problemas en el conteo definitivo que hacen que
la controversia se profundice rompiendo la credibilidad del sistema electoral,
en la cual tanto confía la sociedad norteamericana, de tal manera, que se pone
en duda la confiabilidad del sistema cuyos resultados los hace parecer mucho al
comportamiento de viejos vicios electorales desarrollados en Venezuela, cuyo
modelo por cierto es objeto de exportación.
La consecuencia de jugar adelantado tomando partido en los
resultados electorales norteamericanos por parte de las cadenas noticiosas y de
algunos líderes regionales, sin importar que el proceso electoral está
contaminado, cuyos resultados definitivos estarán sujetos a las leyes y a los
poderes del Estado. Sus actuaciones ponen de manifiesto la ambivalencia y doble
moral de los dirigentes del socialismo e incluso de políticos de otros países,
en especial de la oposición venezolana, quienes también toman partido de manera
oportunista y precipitada.
La estabilidad de las políticas nacionales en los países
democráticos es atacada como primer objetivo socialista, apoyada en la tesis de
Puebla, diseñada por connotados intelectuales de la izquierda, quienes han
sembrado con sus acólitos al sistema institucional de los gobiernos como un
caballo de Troya para ir ablandando al sistema con fines de apoderamiento y
explotación.
La lucha en verdad tiene efectos sobre la democracia y en su
mantenimiento, cualquier lucha por mantener la trasparencia es imprescindible
ante el daño de no creer en el sistema electoral. Como siempre, son los
socialistas o comunistas los que tienen un plan y lo ejecutan fielmente y sin
pausa. Sin duda que hay un movimiento a nivel global para cambiar el actual
orden mundial, mientras las ideologías de derecha y centrista van perdiendo
espacios y no se unen ante este peligroso fenómeno. Los hechos políticos nos
deben hacer reflexionar y poner en guardia en defensa de la democracia y
diseñar las acciones necesarias sobre la supuesta llegada de los socialistas al
poder en Estados Unidos y la retoma del poder en varios países
latinoamericanos.
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