GOLPE DE ESTADO EN VENEZUELA
Diseccionando todas estas
acciones e, interpretando geopolíticamente este entorno entramos de ella con
argumentos conceptuales muy claros, se ha dado un Golpe de Estado. El régimen
se sustenta entonces en un golpe de estado para preservar el poder y gobernar a
la cabeza de un estado mayor donde el extremo superior visible manda más que la
cabeza, y recibe instrucciones directas de la Habana donde se formó como viejo
militante comunista. Hemos caído en las garras del comunismo internacional, del
progre y del Foro de Sao Pablo, incluso parcialmente de jerarcas de la iglesia. Comenzamos
otra etapa de control a cargo de los países del Este, apropiándose de la
soberanía de Venezuela que como país ya no existe sino como, provincia cubana
bajo la directriz rusa y china.
Ese golpe de Estado ha sido
incruento, sangriento y se ha erigido con personal armado, con el asesinato de
ciudadanos opuestos al régimen, es un golpe con matices teatrales, bufos,
sustentado en un macabro fraude electoral El último de los escenarios nos
devuelve a los clásicos tiempos de las repúblicas gobernadas por dictadores que
antes eran militares y. hoy. los mismos han mutado como militares- políticos,
empresarios y titiriteros de un payaso bailarín e ignorante manipulable y que,
con expresión gritona expresa hasta el cansancio que todo es culpa del imperialismo y del
ciberataque.
El régimen Ignora
deliberadamente a los organismos internacionales que incluso están parcialmente
contaminados, sin embargo, se han pronunciado, tal es el caso de los informes
del Panel de Expertos de la ONU y del Centro Carter, invitados internacionales
del CNE que resultaron respondones, criticones y han confirmado entre muchas
organizaciones la falta de transparencia
en los resultados anunciados donde la veracidad de las actas publicadas, demuestran
un triunfo indiscutible,
El régimen recurre a sus
magistrados judiciales para que certifiquen la elección regalado por los magistrados disfrazados
con togas en una expresión de grotesca verdad montada en un supuesto estado de
derecho para validar el invento del CNE de cambiar los resultados e intentar
dar apariencia de legitimidad la cual es expresada a viva voz por un coro al
cual se van incorporando viejos caimacanes de la política llamados alacranes,
que se van sumando cuidadosa y oportunamente a un nuevo esquema ilícito, pero
que los mantiene en el poder corrompido de tal manera que es garantía de
preservar sus intereses y corruptelas.
En Venezuela, se está lejos de
un Estado de derecho, lo que hay es una dictadura desarrollada sobre un golpe
de Estado y que desde hace tiempo decidió no dejar arrebatarse el poder,
amenazando con un baño de sangre, aunque el voto popular así lo decidiera. Un
régimen que nació bajo una concepción de una tal revolución bolivariana y que juega a elecciones
mientras puedan ganarlas fraudulentamente con apariencia democrática mientras
puedan hacerlo con alevosía y ventaja.
El respeto de la voluntad
popular se inscribe dentro de la defensa de los derechos humanos fundamentales
más allá de doctrinas que violan la autodeterminación de los pueblos. ¿Cómo
hacer valer la voluntad soberana de los venezolanos?, volvemos al principio,
enfrentar a un dictador que tiene el poder armado y los recursos del
narcotráfico, de la corrupción y la delincuencia internacional y los
lineamientos chino-rusos-iranies y operación cubana, en primera instancia, con
la protesta sostenida a consta de lo que sea, porque la libertad se conquista y
tiene costos sociales justificados si se logra el objetivo de echar a la dictadura,
Incluso estimulando la contradicción en el comportamiento militar.
Estas acciones populares y democráticas si no
tienen éxito se profundizará la debacle y el costo civil será mayor conducente
a un enfrentamiento sistemático y fragmentario.
¿Se podrá de esta manera desplazar al régimen?, difícilmente, a menos que se eche mano a la
desestabilización a la cual el venezolano común no esta acostumbrado, pero no
le quedará otro camino a menos que, tome la vía más expedita de acostumbrarse a
ser mandado, humillado, sin educación, salud e ingresos, y se concrete y
complemente la migración pavorosa de los doce millones de adultos que aún están
en el país los cuales se irán en proporciones inimaginables cercanas a los tres
millones de almas, despoblando al país, debilitando su participación ciudadana
y, deformando la estructura demográfica del nuestro y de otros países que
sentirán el hierro de una invasión marginal que cambiará sus políticas internas
y, en consecuencia deberán poner en una
balanza involucrase en la solución del problema, aplicar el derecho
internacional, contribuir con la intervención soportada en la carta
democrática, y en otras acciones de ayuda a contingentes de lucha local, o
simplemente, sentir y agravar sus problemas sociales y de inmigración ilegal
tan de moda en los argumentos debatidos en los países democráticos.
El escenario tiene demasiados decorados,
el dictador es presa del pánico, y de su implícita desesperación, apela a
caminos obscuros para tratar de impedir su inevitable final, subestima el peso
específico de la rebelión popular que nos consagra la Constitución, huye hacia
adelante intentando la consolidación del descomunal fraude electoral para
perpetuarse de facto en el golpe de estado.
El venezolano ha pasado del desengaño a la indignación frente a los
poderes cuya autonomía y separación no existen y no da crédito a la falsa
institucionalidad, de tal forma que la transición tiene la obligación de
desmontar todos los poderes públicos. Para tal fin, hay que darle el empujón
final, y hacer nuevas elecciones, claro, no como la sugieren los camaradas
vecinos de repetir las presidenciales que no tienen vuelta atrás, sino
desmontar el golpe y apresurar la elección de alcaldes, gobernadores e
integrantes a la Asamblea Nacional, lo cual contribuirá a lograr uno de los
objetivos prioritarios del gobierno de transición de emprender el camino a la
libertad plena.
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